14.

1.8K 237 139
                                    


— escenas un poco subidas
de tono al final del capítulo. ♨️

⇦ 𝐓𝐇𝐑𝐎𝐖𝐁𝐀𝐂𝐊

Jake meneaba su cabeza al ritmo de la música. En este momento se encontraba en su habitación realizando sus tareas tranquilamente. Ya eran cerca de las ocho de la noche. Ya había oscurecido.

Escuchó sobre su música que alguien tocaba la puerta. Se sacó los audífonos al mismo tiempo que gritaba un pequeño "¿si?".

Señor Shim, su cena ya está servida. Sus padres disponen de su presencia en el comedor esta noche.— habló uno de los empleados de la casa.

Jake frunció el ceño —¿Mi presencia?— repitió más para sí mismo, pero el contrario alcanzó a escuchar de todas formas.

Él se aclaró la garganta. —Sus padres quieren verlo, señor...

Jake rodó los ojos. —Seguro. Digamos que ellos quieren verme realmente. ¿Entonces por qué envían a alguien más a decírmelo?— se quejó —Y ya te dije que no me gusta que me llames "Señor", ¡tengo sólo dieciséis años!

No se escuchó nada al otro lado de la puerta por un tiempo. Jake creyó que el hombre ya se había ido, pero se escuchó un suspiro y luego su voz se volvió a escuchar. Esta vez menos respetuosa y profesional. En confianza. Él era el único trabajador coreano en la casa, así que podía decir que era el único con el que la familia hablaba naturalmente de vez en cuándo.

—Vamos, Jake, sabes que tus padres me matarán si me oyen hablándote cómo sea.— dijo con precaución. Jake podía adivinar que incluso se encontraba viendo hacia los lados con pánico. —Colabora un poco, por favor. Ellos se negarán a comer si tú no estás.

Jake había escuchado atento a cada cosa que él dijo, pero ahora se encontraba haciendo garabatos en su cuaderno. Eso solo lo hacía cuándo se encontraba molesto.

—No voy a ir.

—Ellos se preocupan por tí. Quieren que te alimentes bien.— insistió.

—Pues entonces trae la comida aquí.

—Jake.

—Y de todas maneras... ¿no habían sido ellos los mismos que dijeron que estaba subiendo de peso y que parecía un elefante?— citó sus palabras, con sus ojos fijos en el cuaderno. Su voz sonaba seria y desbordaba rencor. —¿Acaso se cansaron ya de jugar a los nutricionistas?

—Ellos sólo quieren lo mejor para tí.

—Lo que ellos quieren es vivir un vida perfecta, con la casa perfecta y el hijo perfecto, es todo.— sus dedos finalmente soltaron el lápiz que sostenía y sus ojos se movieron a la esquina de la habitación, dónde se ubicaba un gran espejo. Su madre pidió que lo instalaran ahí. —Apenas comía la mitad de una manzana en el almuerzo cuándo tenía doce. Y en mis cumpleaños no me dejaban tocar el pastel. Las señoras mayores siempre alaban mis mejillas diciendo que seguramente mis padres me alimentan bien.— contó mirando su reflejo. Chistó volteando la mirada. —La única vez del día que puedo comer todo lo que quiero es en la escuela.

Por supuesto que sí. Es cuándo Heeseung pasa a buscarme en el descanso y se asegura de pedir toda la comida posible para mí. Él es el único que se preocupa por lo que coma. O mejor dicho, el único que no se preocupa en lo absoluto. Puedo comer todo lo que quiera con él. Soy dueño de mi cuerpo cuándo estoy con él.

my son? ─ ✧ heejakeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora