"En su odio público, una Sincronía secreta les une como enamorados que todavía desconocen el secreto del otro".
Anya es una chica que busca reiniciar su vida en la ciudad de Nueva York, una increíble beca en la más prestigiosa Unive...
En el acto desenfrenado de afecto, Anya quería zafarse de los brazos de Aiden Pero su cuerpo de alguna manera no respondía a su petición, se dejaba llevar por el momento, era la lucha de su deseo por Aiden y su "desinterés" por él.
- Ya suéltame - Dice Anya antes de empujar a Aiden prosiguiendo a darle una bofetada con todas sus ganas.
- Duraste mucho en detenerme, ¿Querías saber que se sentía verdad?- afirmó Aiden con la mano en la mejilla.
- no sé de qué me estás hablando.
- Claro que sí, solo que no quieres aceptar que al igual que yo, me deseas. - ¿Y pretendes que?, ¿pretendes que sea tu deseo por un momento y cuando hayas hecho tu cometido te largues?, que bonito ¿Cierto?, pues no... No soy una de tus muchas conquistas y si de verdad crees que puedes someterme a eso, eres todo un imbécil.
- Vecinita...
-¡¿Qué?!- respondió con ira.
- Ya lo hice- Afirmó antes de irse del lugar.
Anya solo pudo contenerse y tratar de no dejarse llevar por sus impulsos, aunque en este caso debe luchar con dos, El impulso de querer golpearlo y el de querer estar con él, muy difícil controlarse. Si controlas uno dejas libre a otra, difícil decisión ¿Qué escogerías no controlar?
-Si tuviera la oportunidad de poder hablar y decir todo, sería mucho más fácil - Aclaró Anya sentándose en el suelo pensando otra vez en esas imágenes que invaden su cabeza.
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"Esta foto no deja de aparecer en mis pensamientos, esa niña amaba a su padre, nunca supo que pasó con su madre pero lo que tampoco sabía es que en un solo momento todo en lo que ella creía se derrumbaría en un solo segundo". Mencionó Anya en su cabeza.
- Porque... ¿Porque no logro olvidarte?- dijo Anya con las manos en la cabeza, cerrando los ojos con la mirada baja.
Proyección de un recuerdo...
¡Aléjate de mí!, ¡Vete! - decía el grito de una niña de tan solo 5 años a la cuál se le salían las lágrimas mientras corría por un campo de trigo, pareciera que estuviera huyendo de algo...o alguien.
- ¡Vuelve aquí!- gritaba una voz a lo lejos y se oían unos pasos acelerados que se dirigían a la menor.
- ¡No!- Dijo la niña antes de caer en el suelo golpeándose la cabeza con una piedra.
Proyección interrumpida.
-Oye... ¿Estás bien?- Preguntó Verónica viendo a su amiga en el suelo.
- Am... Si estoy bien- Dijo Anya secándose las lágrimas, no podía ocultarlo, sus ojos rojos la delataban.
- Mira... Tal vez no sea una amiga TAN íntima como lo es Trevor Pero... Puedes confiar en mi si quieres hablar.
