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Totalmente aturdido de emociones, con un dolor inmenso, Connor acudió a los brazos de Lola. La encontró en la habitación de ambos sentada junto a sus cosas.

–¿Lola?–dijo tímidamente y con el corazón destrozado. Necesitaba alguien que lo sostuviera.

Ella volteó a verlo con los ojos cristalizados y lo descubrió cubierto en lágrimas, con un rojo intenso que rodeaba sus hermosos ojos azules, logrando conmover el alma de aquella mujer que alguna vez lo hizo feliz.

Lola se puso de pie y se paró en frente de él, extendiendo sus brazos, como siempre lo hizo.. él se lanzó a ellos y descargó sus penas, donde ella, que lo amaba con todo su ser, resistió el dolor de él, que ya no la amaba más y que sufría por alguien más.

–Lo siento..–dijo escondido en su cuello–, lo siento. Jamás debí tratarte así, yo..–él tomó distancia y colocó sus manos en las mejillas de Lola, acariciándola delicadamente y mirándola a los ojos con abatimiento–, prometo mejorar, te mereces mucho más.. cambiaré ¿De acuerdo?– ella lo observó con sus párpados rendidos.

–No Connor.–sus palabras lo tomaron por sorpresa– Esto se acabó.

–¿Qué?– él hizo un paso hacia atrás dejando de tocar su piel– ¿Por qué?

–Me marcho.– ella sabía que era tiempo de irse–Pasaré año nuevo con mi familia, y viajaré por mi cuenta Nueva York.–ella le ofreció una sonrisa indolente, casi por cortesía.

–¡No! Lola.. ¡Por favor!¡No te vayas, no me dejes!– él comenzó a enloquecer, las cosas se estaban saliendo de control–¿Qué es lo que quieres?¡Solo dime!¡Cambiaré, lo juro!

–¿Qué quiero?– Lola abrumada por la actitud de Connor, no aguantó conservar la tranquilidad– Yo quería que pelearas por mí, que me vieras, que supieras lo invaluable que soy.. –elevó su voz–, quería que dijeras que no hay nadie más, que solo soy yo, ¡y que prefieres estar solo, que estar sin mí!

–Pero yo te amo..–su voz ya no era gruesa, si no blanda y fina, como la de un niño separado de su madre. Ella se acercó lentamente y lo observó directo a los ojos.

–Entonces dímelo, dime que me amas, que soy la única, que siempre seré yo, y que quieres pasar una vida conmigo– ella parecía decidida a acabar con la relación de una buena vez, aunque en su corazón tenía la mínima esperanza de que él se lo dijera–, mírame a los ojos y dímelo.

Sus ojos coincidieron, pero ya no conectaban. Connor tenía el corazón destrozado, era imposible amar a alguien de esa manera.

Cada segundo que pasaba sin decir una palabra, Lola se iba alejando un poco más.

–Lo siento.. –dijo entre sollozos. Ella se apartó y se marchó para siempre. Connor había perdido a las dos personas que más amaba, la misma noche.

Alice, Alice, Alice - [HISTORIA CORTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora