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La conexión era perfecta, como aquella vez en la cocina.

Su mano acarició la mejilla de Alice, de inmediato pudo sentir esa electricidad recorrer por su interior, repartiendo chispas hasta hacerla temblar.

Sus rostros se acercaron, eliminando el espacio que había entre ellos, sus narices rozaron haciéndolos suspirar de pasión. Se sumergieron en un profundo beso, donde sus labios se unieron desaforadamente, intentando forjarse y jamás separarse.

Sentían alivio de al fin poder entregarse el uno al otro, como si al fin pudieran respirar de nuevo.

Cada delicado toque de Connor desvestía el corazón de Alice, la acortejaba y exploraba. El hormigueo que ambos sentían sobre la piel, se hacía cada vez más profundo, quemándolos.

Los suaves labios de Alice encajaban a la perfección con los de él.

Con pasos lentos y sincronizados, sucumbieron en la habitación, dejando la puerta cerrada a sus espaldas.

El yacía encima de ella, sus piernas juagaban sobre las sábanas, sus dedos se entrelazaban, el repartía besos húmedos recorriendo todo el cuello de Alice hasta bajar a su pecho, donde ambos senos firmes lo esperaban ansiosos. Sus pieles entrando en contacto con tanta calidez, la fuerza con la que apretaba sus caderas y sus muslos la encandecía, sus latidos corrían carreras y el aire se volvía más denso a medida que el espacio iba desapareciendo entre ambos cuerpos.

Ella al fin pudo sentir la firmeza de su miembro rozar su entrepierna, exhaló un suspiro de felicidad y de alivio, cuanto había deseado esto, cuanto lo había deseado a él..

No hubo lunar, no hubo piel, no hubo parte del cuerpo de Alice que no fuera besada por los labios de Connor.

El la observaba con sus ojos azules completamente enamorado, obsesionado, entregado.

Ella sentía tanta excitación y anhelo que dudó alguna vez haber sido tan feliz como en ese momento.

Alice le pertenecía Connor, completamente y para siempre.

El amor se hizo presente por primera vez en la historia en esa habitación.

Se deseaban tanto que apenas podían quitarse los ojos de encima.

Sin poder creerlo, la penetró con tanto cuidado y delicadeza, tan lento, sintiendo de a poco la calidez de su interior, deseando estar dentro de ella para siempre.

Alice con pequeños gemidos y miradas repletas de excitación, lo hizo desear cada vez más, por lo que la penetró un poco más rápido, y luego más rápido, cada vez más fuerte y con dureza.. ella estaba completamente húmeda y dispuesta a él.

Ambos gemían y exhalaban placer, se miraban con amor..

Él la tomó con fuerza de la cintura y la volteó, dejándola boca abajo, y tomándola de las caderas la elevó lo suficiente para poder apreciarla boquiabierto, ella se remordía y se humedecía cada vez más al sentir sus caricias.

Connor la penetró y la sentó encima de él a espaldas, la abrazó mientras sus manos masajeaban sus senos, y la hizo suya, como ella a él.

Era la primera vez que experimentaban esa clase de pasión, como si fuera la primera vez que realmente hacían el amor, de la manera debida.. de esa que llena cada espacio vacío que pudiera haber en las profundidades del alma, ese amor que aunque quisieras evitarlo se apropia de tu corazón como si le perteneciera, y de hecho, así era.. 

Alice, Alice, Alice - [HISTORIA CORTA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora