Capítulo 33

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— (Oye, levántate, pss) —

Abrió sus ojos de a poco y se dio cuenta que una cara familiar lo miraba.

— Que pasa Brasil? —

Bostezo y se tallo uno de sus ojos. Su amigo tenía una sonrisa en sus labios y una mirada emocionada.

— Que? Ya dime qué ocultas —

— (Como hoy es nuestro último día tengo algo en mente) —

México se sentó cara a cara con Brasil, en la orilla de la cama y con una expresión picara recargo su cabeza en su hombro.

— Dime —

Brasil agarro su nariz con su mano y se la sacudió.

— (No te diré, es una sorpresa) —

— Pero si me dijiste, ya no es una sorpresa tonto —

México agarro la mano de su compañero, la coloco en su regazo enlazándola con la suya. Respiro con suavidad y se quedo quieto por un momento.

— (Algo sucedió? Pareces relajado, a pesar de todo lo que tienes que lidiar) —

"Relajado" era una palabra que no había escuchado ni podido percibir en bastante tiempo, y en efecto lo estaba. Lo que había sucedido con Rusia, claro que era eso. Sonrió para si mismo a la vez que acariciaba la mano de su amigo.

— (Lo estas, que alegría! Que fue lo que te puso de buenas?) —

— Solo recordé que estoy aquí contigo —

Se miraron y Brasil le alzo una ceja.

— (De verdad? Nada de mentiras?) —

— Ya basta de tanto interrogatorio, tengo hambre —

Se levanto, provocando que la sabana azul de la cama terminara en el suelo. México estiro sus brazos hacia atrás y se dirigió al armario para elegir ropa de baño.

— Vamos a la playa después del desayuno por favor —

El brasileño se levanto y coloco la sabana en la cama nuevamente.

— (De acuerdo~) —


(...)


Esta ocasión el desayuno era diferente. En lugar de que les preguntaran que querían de comer de las opciones que tenían, una mesa estaba posando en medio de la sala con bandejas plateadas con la comida a su elección. Varios ya estaban colocándose en un plato lo que iban a merendar.

— De casualidad esto es una de las sorpresas? —

Le pregunto al de rizos.

— (No, aun no. Se paciente) —

Se acercaron y Corea los saludo meneando su mano. Brasil le correspondió y lo dio los buenos días.

— (Agarra lo que quieras, te esperare en aquella mesa. Voy a salir a ver algo) —

Le dio unas señas a un empleado de camisa blanca parado en la entrada del comedor y los dos salieron para hablar. México se dispuso a ver lo que había. Platillos con frijoles, carnes, arroz, camarones... Se relamió los labios oliendo a profundidad. Iba a ser un festín.

The FlagMast (RusMex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora