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~ MARZO DE 1914 ~

El sufrimiento de haberlo perdido era horroroso, aunque ya había pasado tiempo de aquello, no podía superarlo. Casi todas las personas que lo conocieron supieron su deceso. Tenía que hacer algo para remediarlo.

Su gente lo necesita, nosotros lo necesitamos

Ese militar le insistió tantas veces, que quería cortarle la boca con su lanza.

Ya tome mi decisión, Carranza. Yo no tengo nada que ver con su maldita rebelión

Cerró ese pequeño maletín de cuero, se colocó una gabardina negra encima de sus ropas de trapo y se acercó a aquella persona ruidosa.

Más te vale cerrar la boca si no quieres que te pase algo

Finalmente salió de ese cuarto iluminado por una vela.

(...)

VAMONOS!

El sonido estruendoso se presentó cuando el humo de esa gran embarcación aparecía ante sus narices. El puerto de Veracruz era majestuoso.

Adiós cariño!

Una mujer desde tierra firme gritaba a su pareja que estaba en el barco, que vestía un uniforme militar.

Adiós mi amor!!

Nadie noto que el mismo había subido a bordo. Gracias a la gabardina que portaba, cubría su rostro para que nadie lo reconociera. Se escondió la mayor parte del viaje entre la gente que comía en el comedor y atrás de los barriles de cerveza.
Saco un pedazo de papel y una pluma con tinta de su maletín para escribir. La mejor manera de llegar a su destino sería atravesar Europa, pero se dio la noticia del inicio de una guerra entre esos países, así que decidió pasar por el territorio de los escandinavos para ello.
El viaje fue largo. Habían atravesado el océano durante tres semanas que le parecieron un infierno. El ver gente vomitando y presumiendo que iban a servir a su país no ayudaba a disfrutar ni un poco.

En ese papel escribió...

Espero que me llegues a perdonar algún día.

Al arribar al puerto, todo era diferente a su territorio. La gente era más pálida. La explicación, estaba en Noruega.
Para no ser notado, bajo por una esquina con cuidado de no resbalar. Prosiguió a encontrar su siguiente transporte que lo ayudara a llegar a su destino, una carreta jalada por dos caballos y un señor mayor que vestía un gorro lanudo.
Se acercó para intentar hablar con él pero era imposible.

Kom deg ut herfra, jeg gjør ingen tjenester

No entendía que era lo que decía así que con esfuerzo, dos monedas de oro y un mapa le indico que a dónde iba. El viejo al ver esas monedas jugosas le indico que se subiera. Y así fue, subiendo a cada carreta durante un largo tiempo hasta que llegó a Suecia, luego a Finlandia y finalmente a atravesar el territorio de los rusos. Jamás se le había cruzado en la mente intentar entablar alguna relación con países de esta parte del globo por lo que le había pasado.

Se encontraba en Moscú, en esa época aún no se consideraba como la capital de dicho lugar, por lo que no era tan concurrido como es hoy en día.
Siempre tenía el cuidado de no ser visto por nadie, y cuando accidentalmente lo hacían los callaba con dinero.
"Los humanos y su avaricia al dinero los hace vulnerables" pensó.
Ya tenía varios meses de haber partido de su lugar de origen, la guerra se había intensificado y aún faltaba bastante camino por recorrer.

The FlagMast (RusMex)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora