El adiós de Gandalf

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Al llegar, Fluffy se coló nuevamente con la misma agilidad de antes por la ventana, dejándome igual de asombrado que la primera vez. Al posar mis peludos y gruesos pies sobre el suelo de madera de mi habitación, me desequilibré y casi me caigo al suelo, fue como volver a la realidad, no me gustaba nada aquella sensación, de estar como en una nube de algodón a pisar el áspero suelo de Rohan, había una abundante diferencia. Me quité de la cabeza todos esos pensamientos, Fluffy se empezó a alterar e hizo un par de movimientos bruscos, me contagió aquel estado de nervios. Desenfundé mi espada, pero la hoja no estaba azul, ¿qué era lo que alteraba tanto a mi amigo? Se abrió la puerta, chirriante, y se dejó ver una figura bajita, de pelo rizado y moreno, con los ojos azules, una capa verde oscura enganchada con un adorno de una hoja verde brillante, llevaba unos pantalones rojos que le llegaban por las rodillas, iba descalzo, porque sus pies constaban de una piel gruesa y peluda, como los míos. El Hobbit que tantos nervios le causaba a Fluffy era Frodo. Éste corrió hacia mí y me abrazó con fuerza, me preguntó que dónde me había metido y me dijo que había estado muy preocupado. Yo le abracé también, pero no le respondí, me limité a dejar que Fluffy lo hiciese. Cuando Frodo me soltó, y su atención se centró en Fluffy, su cara adoptó una expresión de pánico y de miedo. Me miró con esa misma cara, pidiéndome explicaciones, yo sonreí y le dije – tenemos un nuevo componente en el grupo--¿Es que no vas a cambiar nuca?-me dijo, y rió.-Se llama Fluffy- le dije,, a él le gustó el nombre, y se atrevió a tocarlo. Cuando Fluffy supo que Frodo era un amigo, se relajó y le cedió su confianza. Lo mismo hizo cuando le presenté a mis otros amigos, a todos menos a Gandalf, por cierto, ¿Dónde estaba Gandalf? , le había buscado por todo el poblado, pero no le encontraba. Regresé a la casita donde dormíamos triste y deprimido, pensando en todas y cada una de las cosas que le habían hecho a Gandalf desaparecer. Me crucé con Légolas, y le pregunté por Gandalf ansioso, no estaba seguro de si quería conocer la respuesta. El esperó un momento antes de contestar, mirando al suelo. Levantó la cabeza y sus ojos se encontraron con los míos,-partió a primera hora de la mañana, dijo que tenía que buscar a otro mago, y que debía ir solo, que le esperásemos en Dunebin, un bosque en la costa de la tierra media, al sur. Allí, en el mismo corazón del bosque, encontraríamos una casa donde nos ofrecerían hospedaje, la ventaja es que está al lado de Gondor, con lo cual, hasta la llegada de Gandalf, podremos comprar comida en los mercados en vez de coger frutos de el bosque. Gandalf nos ha dicho que no nos dejemos ver, que aunque el rey de Gondor sea Aragorn, y sea de nuestros mejores amigos, no todos le apoyan, también nos dijo que corremos un peligro muy grande si revelamos nuestra identidad. No ha dicho más. Me quedé con un montón de preguntas sin respuesta, pero sabía que solo Gandalf las tenía, y se las había llevado con él a quién sabe dónde.

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⏰ Última actualización: Jul 03, 2015 ⏰

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