Llevaba pensando en qué pasaría desde que recibió aquellos mensajes de Mario, estando a punto de cancelar la quedada. Fue fuerte y consiguió contenerse y no cambiar nada, ya que las consecuencias serían muy malas y para su recién empezada carrera, una cosa como esa la podría destruir completamente.
Al ver que se iba acercando la hora en la que llegaría Lucas fue a ducharse para calmar los nervios. El agua caliente cayendo sobre su cuerpo le provocaba una sensación relajante que le hacía olvidarse de todo. No le importaba ser ahogada por el vapor que desprendía el agua, al contrario, aquello le gustaba. Se lavaba el pelo masajeando su cabeza, era la única sensación buena que iba a tener esa tarde. Se enjuagó y salió de la ducha, llenando el espejo de vaho y viendo su piel medianamente roja. Envolvió su cuerpo en una toalla y su pelo en otra un poco más pequeña y se quedó un rato secándose. Unos minutos después escuchó el sonido de la puerta principal abrirse, seguramente fuera Lucas.
- ¿Luki? ¿Eres tú? - preguntó desde el baño subiendo la voz.
- Sí, ¿estás en el baño? - cerró la puerta y la morena oyó como dejaba las llaves en la mesa.
- Me acabo de duchar. - aceleró el ritmo de vestirse - Salgo en nada.
- Okey. Ahora me contás qué pasó, me tenés preocupado, Nai. - dijo mientras se apoyaba en la pared opuesta a la puerta del baño.
- Ah, sí, es verdad. - dijo bajando un poco la voz.
Él suspiró y esperó pacientemente a que la aragonesa saliera, mirando Twitter en el móvil para matar el tiempo. Estuvo distrayéndose como pudo durante un rato, hasta que Naiara salió por fin. Tenía el pelo mojado y la cara seria, además, en sus manos llevaba las toallas y ropa sucia.
- Espera, dejo esto y te cuento. - apagó la luz del baño - Ve sentándote en el sofá porque es bastante.
Ella fue a dejar las cosas y aquella última oración dejó un poco asustado al uruguayo, que obedeció al instante y se dirigió al sofá. No dejó de mover la pierna ansioso, la curiosidad le mataba y si seguía alargando el momento sentía que moriría. Volvió al fin después de un minuto que se le hizo eterno y se sentó junto a él. Ella le dirigió su mirada honesta y dejó salir el aire que llevaba guardando un rato en su boca.
- Creo que sabes de qué te voy a hablar, pero no por dónde va a ir. - suspiró nerviosa - Mario, de nuevo.
- ¿Qué hizo ese hijo de puta? - se notaba su rabia acumulada.
- Eh... ¿Cómo te digo? - pensó en las palabras adecuadas para describir la situación - Bueno, mejor míralo por ti mismo. - sacó su móvil y se metió en la conversación, las fotos obviamente ya no se podían ver - Toma.
Él agarró el móvil de la morena y comenzó a leer la conversación de después de las fotos. Su expresión se iba tornando cada vez más furiosa y se veía como apretaba sus dientes. No soportaba que ese imbécil le hablara así a Naiara, solo con leer esos mensajes pensaba en matarlo. Le devolvió el móvil sin decir nada y la abrazó con fuerza, agarrando su cabeza con suavidad. Ella se apoyó sobre él y rápidamente se sintió segura entre sus brazos.
- ¿Puedes acompañarme, por favor? - parecía estar a punto de llorar.
- ¡Pues claro! Ni en broma te dejo sola con ese enfermo. - dijo acariciando su pelo para calmarla.
- Muchísimas gracias, de verdad. Te quiero mucho, Luki. - hundió su cara en el pecho del moreno.
- Por vos hago lo que sea, estoy siempre acá para lo que necesités. Sabés que te amo. - besó su frente con delicadeza.
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Salieron juntos de casa y observaron la oscuridad de la noche acercarse rápidamente, las calles de Madrid estaban, por primera vez, inundadas de un silencio ensordecedor. Solo se oían los ladridos de los perros callejeros y motores de coches que pasaban de vez en cuando. Hacía mucho frío, ambos llevaban chaquetones oscuros y gruesos para no helarse. No era buen día, o mejor dicho, noche, para salir afuera. No había ni una sola persona en los alrededores y solo encontraban gente extraña que no tenía buena pinta.
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Querida Nai
RandomNaiara Aznar vive en un pequeño piso en Madrid con Salma Díaz, su mejor amiga. Se mudó de Zaragoza para perseguir su sueño de ser una cantante reconocida, pero ahora mismo se conforma con trabajar de camarera en un famoso bar caracterizado por sus a...