Prólogo: Hogar, Dulce Hogar

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POV ZELGIUS PERCIVAL

"¡Han pasado 13 años y sigue igual de hermosa que el día en que la deje!{mirando con melancolía la ciudad que comienza a ser visible en la lejanía frente a mi}".(Zelgius)

Crusher, mi leal caballo y compañero de media tonelada relincho en respuesta a mis palabras. Pude notar la alegría en su relincho, pues ya son dos días que hemos pasado andando en este clima invernal y seguramente el no haber descansado le ha pasado una buena factura a mi compañero.

Lo aliento acercando cubos de azúcar a su boca y los come con deleite. Son sus favoritos después de todo y fue gracias a estos terrones de azúcar que logre domesticar a esta bestia salvaje que ahora es mi más leal compañero y amigo en este mundo de fantasía.

Por si alguien pregunta, si soy una persona reencarnada en este mundo solo que han pasado 14 años desde eso. Bueno más que reencarnar, yo diría como recordar mi vida pasada pues fue a mis tiernos 5 años que desperté mis recuerdos de mi vida pasada.

Aunque desconcertado por lo que me pasó, decidí vivir en este mundo que más tarde me enteré que es un mundo basado en mi juego favorito cuyo nombre ya no puedo recordar en lo absoluto. Mis experiencias en estos 14 años que he estado viviendo aqui, han sido mas nutritivas para mi como persona que mis 38 años como un idiota amargado sin nada en la vida aparte de los juegos que fui en mi vida pasada.

Explore lugares peligrosos e inaccesibles, batalle contra monstruos salidos de la fantasía, conocí personas y lugares fantásticos, viví momentos tristes y alegres, conocí amores pasajeros y aventuras de una sola noche. Entre muchas otras cosas que me han ayudado a reencontrarme conmigo mismo.

Aquí a mis 19 en este mundo, puedo decir que he vivido y a lo grande. Por eso, es momento de volver a casa y enfrentarme a mi ultimo desafio, reencontrarme con mi padre y con aquellos que dejé atrás cuando inevitablemente me tuve que ir.

Sonreí pensando en las reacciones de todos al verme volver con vida pero no me hice ilusiones de ser bien recibido, los Caballeros Pesados no solemos serlo en la mayoría de lugares a los que vamos.

Deje de pensar en eso y me concentré en observar los cambios del paisaje que han ocurrido en estos años que no estuve. Es irónico que este fuera el camino que me llevó lejos de casa y que ahora es el mismo por el que regreso.

De repente note un árbol que me hizo sentir nostalgia, pues a pesar del tiempo no ha cambiado en lo absoluto. Detuve la marcha de Crusher y lo desmonte para luego caminar hasta ese árbol nostálgico.

"Haber, ¿donde esta eso?{mirando por todo el tronco del árbol hasta que encontré lo que buscaba}. ¡Allí está, la marca de promesa entre Feyris y yo que hicimos cuando nos despedimos hace casi 14 años!{sonriendo con nostalgia}".(Zelgius)

Lo recuerdo perfectamente, ella una niña bestia de pelaje plateado y hermosos ojos azules a la que conocí en el apogeo de la Guerra Humana-Bestia que recien termino el año pasado y todo gracias a los cuatro héroes de los elementos. Aunque la guerra ya terminó y se pueden ver a semihumanos y hombres bestia en los territorios humanos, aun sigue esa cautela y ese miedo que sienten hacia los humanos.

No puedo culparlos en lo absoluto, es difícil confiar en alguien que fue tu enemigo durante generaciones y solo hasta hace un año dejó de serlo. Lo bueno es que con el tiempo y el esfuerzo que están poniendo los cuatro héroes, pronto nosotros los humanos y las personas bestias llegaremos a ser compañeros y aliados inseparables.

Espero que ese sea el caso, no porque quiera volver a ver a Feyris, eso sería demasiado pretencioso de mi parte pues son 14 años los que han pasado. El tiempo no es poco y su peso hace mucho debió haber aplastado las dos semanas de recuerdos que Feyris y yo compartimos siendo simples niños.

Un Aventurero con la Clase de Caballero PesadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora