Cartas para Ella

Carta no.6

Cuando era pequeña siempre me imagine estando sola, teniendo una casa y siendo una gran diseñadora de modas de la alta costura; luego llegaste tu y arruinaste mis planes, y yo te deje hacerlo, lo unico que ahora queria era a ti.
Seguro te preguntaras como me di cuenta que me gustabas., o tal vez no te lo preguntes, que importa igual nunca leeras estas cartas.
Habia estado pensando mucho despues de darme cuenta de que lo que sentia por ti no se reducia solo a amistad. Le daba vueltas y vueltas, incluso tuve migraña al dia siguiente. Estaba muy segura de que enserio sentia algo romantico por ti, pero me negaba a creerlo, y me autosaboteaba intentando responder preguntas de tests que encontraba en internet. Los cerraba cuando iba a la mitad porque yo ya sabia la respuesta, y me autosaboteaba mas cuando esas preguntas seguian rondando mi cabeza toda la noche sin poder dormir. ¿Como se supone que te veria a la cara despues de saber eso? ¿Con que objeto? Desde ese dia, inconsiente mente deje de mirarte tanto a los ojos, porque si te miraba y me daba cuenta que tu tambien lo hacias, me pondria a llorar pidiendote perdón; perdón por enamorarme de ti..
Con el tiempo me acostumbre a mirarte mientras tu no lo hacias, y descubri que incluso asi podias ser mas linda, te miraba horas y horas y horas. O eso me parecia a mi, quiza solo era el miedo de que te llegaras a dar cuenta. Que en algun momento voltearas y vieras la forma en que te veia, en como todo eso que llevaba se podria salir incluso de mis ojos.
Lloraba mucho por eso, nunca supe bien como cambiar lo que sentia, era como si hubiera muerto, pero aun latia mi corazón, me veia exactamente igual, y para todos seguia siendo yo, nunca se lo dije a nadie, pero ese dia algo cambio, algo fue diferente desde entonces.
En nuestro ultimo año me habias acabado, destrozaste todo que fui. Me gustaba el cigarro. No los mentolados, ni los de sabores, los de tabaco fuerte; me gustaba que quemaran mi garganta y me ahogaran con el humo, que mis pulmones se llenaran del mismo y que se quedara ahi un buen rato, y lo que me gustaba mas de fumar cigarros, era cuando me pedias una calada del mio, eso me volvia loca, verte fumar del mismo cigarro.
Nunca supimos como administrar el dinero, yo ganaba el suficiente como para que tuvieramos siempre comida a la hora de los almuerzos, contrario a eso siempre gastabamos todo en cosas tan singulares, la mayoria las terminabamos extraviando, nisiquiera sabia para que queriamos exactamente 12 metros de liston rosa.
Me encantaba tu cabeza, y la extraña forma en que parecia trabajar, en octubre nos reuniamos mas temprano de lo habitual e ibamos al mercado, comprabamos 3 o 4 kilos de frutas de temporada por menos de 30 pesos, y soliamos revenderla en la escuela siempre saliamos peleando con alguno que otro. Me gustaba comer mandarinas, y limpiar las tuyas para que fuera mas facil para ti comerlas. Me gustaba su olor, hablando de eso, nunca supe exactamente a que asociar tu olor, era demasiado exacto a ti que al final, lo termine asociando al de una mandarina.
Me gustaba tu piel, pasabas mucho tiempo en el sol, y tu piel siempre estaba morena. Mas que morena era como si estuviera bronceado con mañana, cosa que siempre supe de antemano que no era, me gustaba, más de la cuenta. Nunca tuviste acne ni granos, nunca tuviste manchas, ni indicios de ellas. Siempre pensaba, ¿como lo haces? Hasta el dia de hoy sigo pensando que eras demasiado perfecta como para sufrir de eso. Quizá te tenia demasiado en un pedestal, pero no me molestaba porque al final, nunca me decepcionaste, ni una sola vez, porque yo sabia lo que implicaba estar contigo y lo acepte gustosa, sin senti culpa.
Siempre me he considerado como un pequeño perro como los que esperan pacientemente todo el dia a sus dueños, y bailan felices y contentos de verlos, tan felices solo de verlos existiendo, no me refiero a que tu fueras mi dueña, ni que yo enserio fuera un perro; pero esa alegria era igual a la que sentiria uno de ellos. Ojalá nunca hubieramos crecido.
Cambie de dueño, y al final tu cambiaste de perro. Aunque no se si eso ultimo sea cierto. Quiza solo estoy demasiado sola sin ti...
Una buena parte de mi, aun sigue necesitando que vengas, y te sientes junto a mi para que pueda sentir otra vez tu pelo mojado.
Te sé de memoria, aunque me gustaria no saberlo.