¿Amor?, tal cosa no existe.

130 15 12
                                    

Keeho dejó de creer en el amor en cuanto se enteró que su padre engañaba a su madre, sabía que no era un asunto que lo convenga, pero no pudo evitar sentir odio hacia su progenitor, su madre trabajaba en esa mansión para darle lo mejor a Keeho mientras que su esposo estaba con otra, eso era totalmente injusto.

Antes de eso si creía en el amor, al ver a sus padres juntos lo hacía querer experimentar alguna vez ese sentimiento en su vida, tener a alguien a su lado para pasar el resto de sus días, tener a alguien a quien abrazar y amar, eso era lo que quería.

Y cuando vió a Shota en aquella cuna, un pequeño bebé tan indefenso sintió su corazón palpitar rápidamente, no era enamoramiento, en ese entonces no, solo era un amor inocente de hermanos que le tenía, quería proteger a aquel delicado y hermoso bebé de todo lo malo. Y a pesar de que el castaño lo menospreciara y lo tratara como la mierda, seguía cuidandolo como podía.

—Por favor, ten cuidado con eso.—Pidió Keeho a la empleada de la casa.—Puedes caer.

—Oh, Keeho, eres tan amable.—Agradeció la mujer, retirando aquel juguete de la hermana menor del pelinegro que estaba en la sala.—¿Le aviso a tu padre que estás aquí?

—Por favor, tengo que hablar de mi escuela con él.—Sonrió amablemente.—¿Puedo pasar?

—Es tu casa.—Se escuchó una voz, Keeho sonrió en grande al identificar aquella voz.—Yo le avisaré a tu padre que estás aquí, pasa Keeho, es tu casa.

—Gracias Jisoo.—Agradeció.

Entró a la casa con una sonrisa sentándose en los sofás de la sala, la casa era grande con muebles importados de Francia y muchas cosas lujosas, claramente la mansión de Shota no se podía comparar con la casa, la mansión de los Haku era literalmente todas las casas de la privada juntas y asi solo hacían la parte principal.

Movía sus pies con inquietud, viendo a su alrededor como si estuviera en una casa ajena, siempre se sintió asi en la casa de su padre, el reloj parecía moverse tortuosamente lento haciendo que cada segundo parezca una hora.

—Escuché que querías hablar conmigo.—Su padre apareció con una sonrisa, Keeho se puso inmediatamente de pie y le hizo una reverencia al mayor.—¿Como estás, hijo?

—Muy bien, papá.—Dijo.—Quería preguntarle acerca de mi universidad, sé que usted es el quien la costea, asi que me preguntaba si terminaría la carrera.

—¿No quieres seguir estudiando?

—¡Sí!, claro que quiero seguir estudiando.—El pelinegro mordió su labio inferior y acarició su cabello.—Pero me enteré que hay dormitorios en la universidad y sinceramente... el tener que estar con Shota cada mañana resulta incómodo para él, por eso me preguntaba si podía mejor quedarme en la universidad y solo salir en vacaciones.—Habló atropelladamente, sus manos estaban entre sus piernas las cuales seguían moviendose con rapidez.

Su padre tenía una ceja alzada al escuchar la explicación, al terminar de comprender todo, sonrió.

—¿Quieres estar en la universidad para que Shota no esté incómodo en el trayecto a la escuela?—Afirmó, aunque lo disfrazó de una pregunta.—Keeho, llevan solo una semana así, ¿Es muy incómodo para ambos?

Sí, una semana desde que entraron a clase, lo que quería decir que hoy era el dichoso baile que se llevaba acabo, los enfrentamientos con Haku ya no eran tan habituales, generalmente el castaño lo ignoraba y solo se encerraba en su habitación, pero Keeho sabía muy bien el por qué se comportaba de esa manera y era el regaño de los señores Haku a Shota.

—Para él estoy seguro que sí.-Asintió el chico.

Ahora ya se encontraba saliendo de la casa,-Su padre le había dicho que esperára una semana más y que sí después de esa semana seguía sintiendo incomodidad lo cambiaría, asi que solo tendría que aguantar siete días más.

❥︎ 𝗻𝗶𝗻̃𝗼 𝗺𝗶𝗺𝗮𝗱𝗼 | 𝗄𝖾𝖾𝗌𝗈𝗎𝗅 ★ఌ︎༄Donde viven las historias. Descúbrelo ahora