❥︎ 𝗻𝗶𝗻̃𝗼 𝗺𝗶𝗺𝗮𝗱𝗼 | 𝗄𝖾𝖾𝗌𝗈𝗎𝗅 ★ఌ︎༄

Abuela

—Abuelito.—Murmuró ShoTa, comiendo la carne que se le había servido.—Hoy en la escuela conocí a una chica muy linda, se llama YuNa.

—¿Uh? ¿Shin YuNa?—El señor Kim fijó toda su concentración en su nieto, quien asintió.—Oh bueno, soy amigo de su abuelo, ¿Crees que es bonita? ¿Te gusta, pequeño príncipe?

—Cariño, son unos niños.—La señora Kim se limpió su boca y le sonrió a ShoTa, quien movía sus piernas bajo la mesa.—ShoTannie no está pensando en novias ahora, solo tiene seis, ¿Quieres postre ShoTannie?

—¡Sí!—Alzó sus manos emocionado y bajó de la mesa después de terminar su plato para ir a donde su abuela, quien le dió un beso en la cabeza.—Abuela, ¿Podemos jugar después?

—Claro que sí, mi amor.

—¡Esperenme!—El señor Kim igual se puso de pie y tomó a su nieto entre sus brazos para subirlo a sus hombros.—ShoTannie, vamos a jugar.

—Te amo abuelito.

—Y yo te amo a ti, pequeño príncipe.

...

—¿Abuela?—Murmuró un pequeño ShoTa, entrando a la habitación de la anciana con cuidado.—Abuela, ya son las dos de la tarde, ¿No saldrás? Me dijiste que haríamos pasteles hoy.

El pequeño de siete años se acercó a la cama donde su abuela estaba y movió su mano pero esta solo cayó, el infante frunció el ceño y se subió a la cama para empezar a mover a su abuela.

—¿Abuela...?—Preguntó confundido y con algunas lágrimas en los ojos.—Abuela, levántate, por favor... ¿E-Estamos jugando? ¡¿Abuela?!

—¿Qué sucede ShoTannie?—Preguntó el señor Kim, ingresando a la habitación, cuando vió la escena corrió hasta su esposa y tomó su mano para tomar el pulso, al no sentir nada dejó la mano de la mujer en el pecho de esta y se arrodilló para empezar a sollozar.

—¿Abuelo, que sucede?

—ShoTa.—Dijo con voz seria, viendolo fijamente.—La abuela falleció.

...

—En serio me duele, KeeHo hyung.—El castaño empezó a sollozar en el hombro del pelinegro, quien acariciaba su cabello para que parara de llorar, acababan de regresar del funeral de la mujer y estaba devastado.—¿Por qué se fue la abuela?

—La muerte es algo complejo de entender, ShoTannie.—Murmuró, acariciando su espalda.—Está bien llorar, pequeño, está bien.

—¡Haku ShoTa!—ShoTa se separó al escuchar el grito, al ver a su abuelo ahí solo lloró más.—¿Por qué lloras? ¡Los hombres no lloran!—Gruñó.—¿Y que haces con ese?

—Abuelo, es KeeHo.

—¿Abuelo? Ya no soy tu abuelo, de ahora en adelante me llamarás Señor Kim y si no lo haces te golpearé.—Amenazó, tomando bruscamente al menor, quien emitió un sollozo ante la brusquedad, el pelinegro intentó ir hacia él, pero el señor Kim rápidamente lo apartó.—Y si te vuelvo a ver con ese criado, te castigaré.

—Pero abuelo...

—¿Quieres que te golpee?, es Señor Kim.

—Señor Kim...—Sollozó ShoTa al sentir la mano del Señor Kim apretar más su brazo.—Por favor... me duele.

—Te daré el primer castigo hoy, saldras a correr con una bolsa de arena y darás cien vueltas a la mansión, eso te ayudará a saber que no debes meterte con gente como esta, solo con los de tu nivel.

...

—Abuela...—ShoTa dejó una flor en la tumba de la anciana, el castaño sonrió levemente y suspiró.—Me gusta un chico llamado Yoon KeeHo, por favor, no me odies por amar a un chico.

Em castaño mordió su labio inferior y suspiró, le hizo una reverencia a la tumba de su abuela, la esposa del señor Kim, y salió del cementerio, el chofer lo estaba esperando afuera de este, así que se subió al carro y apoyó su cabeza en la puerta del carro.

Veía el cielo despejado, sin nubes, su abuela siempre fue una de las personas que más quería en este mundo, cuando se fue, él quedó destrozado, jamás superó su muerte, solo aprendió a vivir sin ella.

El señor Kim quedó devastado de la muerte de su esposa, se volvió más distante, frío y se aferró solo a ShoTa por que sabía que compartían el mismo dolor, pero en vez de darle todo el amor a su nieto y cambiar por él, de antes el señor Kim apoyaba la idea de que tocara la guitarra, pero después solo lo regañaba cuando lo hacía.

Fue todo tan desconcertante para el pequeño ShoTa, su abuelo, la persona más dulce y que más amaba, de la nada se convertía en alguien que desconocía por completo, ¿Por qué? ¿Por qué se desquitó con él? ¿Qué hizo mal?

—Por favor, vamos a donde está KeeHo.—Pidió Haku.—Sé que está con su familia, por favor, vamos ahí.

—Sí, ShoTa.

El menor sacó su teléfono y buscó entre sus contactos a KeeHo.

KeeHonnie

¿Estás en casa? Estoy yendo para allá.

> Sipi.

> ¿Vendrás?

> HKDDKKSKSUDNXKZPA

> Lo siento, ese fui yo colapsando.

ShoTa soltó una carcajada al leer mensaje y sonrió levemente, se sentía tan feliz con él, pero siempre la jodía, por que sabía que KeeHo no sentía lo mismo por él, solo era atracción física, ¿No?

"Se nota a millones de kilómetros que ambos se gustan y hay tensión entre ambos, solo ustedes son los imbeciles y tontos que no se dan cuenta de ello." Recordó las palabras de BeomGyu y negó, su amigo estaba mal, claramente no era así.

¿Entonces si puedo ir?

> Claro podemos ver películas, se que te gustan mucho.

Eso suena muy bien, espérame entonces.

—

Joder, va a venir.—Murmuró KeeHo, dejando su teléfono en la mesa de noche para después dar vueltas en la cama, hasta que una de esas no calculó bien y dió una vuelta de más, cayendo al suelo.—Eish...—Se puso rápidamente de pie y volvió a sonreír.—¡Va a venir!

—¿Quién viene?—Inquirió JiSoo, quien se asomó por la puerta que estaba abierta.—¿Viene InTak?

—No, viene ShoTa.—Habló emocionado.

—¿Haku ShoTa? ¿Y que viene a hacer aquí?—Preguntó la mujer,  on brazos cruzados.—Como sea, hice galletas, por si quieres.

—¿Puedo tomarlaspara comer con ShoTa?

—Bueno... Está bien.

—¡Gracias JiSoo!—Dijo emocionado, dando pequeños saltos en su lugar, como si de un pequeño niño se tratase.—¿Crees que estoy bien? ¿Deberia cambiarme de ropa?—Dijo viéndose al espejo.—¿Debería cortarme el pelo?

—KeeHo, te ves muy bien, y no, tu pelo está estupendo.—Dijo la mujer con una cálida sonrisa.

El timbre sonó y en ese mismo momento KeeHo colpasó aún más.

—Dios mio, abriré yo, cálmate, no queremos que tu amado te vea teniendo una crisis ahora mismo.

—¡Oh dios mio! ¡Está aquí! ¡¿Estás segura que me veo bien?!

—¡Que sí!