Steffany, la pintera (Segunda parte).

376 5 4
                                    


                 Steffany nunca fue una estudiante ejemplar. Sus calificaciones siempre estaban al borde del fracaso, y su historial en la universidad incluía una tunda por las excesivas salidas de clases. A pesar de las advertencias de su madre, Enedina, sobre la importancia de sus estudios, Steffany continuaba descuidándolos, especialmente desde que comenzó a salir con Jake.

                 Una tarde de verano, después de una escapada a la playa con Jake, él decidió dejar a Steffany en su casa después de una discusión. Steffany, quemada por el sol y con el corazón roto, entró a su casa con lágrimas en los ojos. Enedina, al verla entrar con gesto apesadumbrado, notó no solo la angustia emocional en su rostro, sino también las quemaduras del sol en su piel.

Sin darle oportunidad a Steffany de explicarse, Enedina la tomó del brazo-- ¡¡Mamá me lastimas!!-- y la llevó a su recamara y cerró la puerta con un golpe.

               ¡Steffany, no puedo creer la falta de respeto y responsabilidad que estás mostrando!", comenzó Enedina, su voz temblando de rabia contenida. "Ya te advertí sobre las consecuencias de tus acciones, pero parece que no aprendes. No toleraré más esta actitud irresponsable."

                Steffany,al mirar sobre su cama , temblando y con la voz entrecortada por el miedo, suplicó: ¡¡Por favor, mamá, no me pegues con el cinto. Lo siento mucho, de verdad. Juró que me portaré bien, lo prometo!!."

                Enedina, con una mirada severa pero también con un destello de compasión en sus ojos, bajó el cinto y se acercó a su hija y la puso sobre sus rodillas.-- "Steffany, te estoy castigando porque necesitas aprender una lección. Pero espero que entiendas que lo hago porque te amo y quiero lo mejor para ti."

                 Steffany sollozando y cubriendo con su mano las nalgas , sintiendo un nudo en la garganta por la mezcla de emociones y la verguenza que la embargaban. 

                 Enedina comenzó a darle con el cinto sobre sus nalgas mientras el cinto descendía una y otra vez , con un golpe sordo sobre la piel de su hija. Los sollozos de Steffany resonaron en la habitación mientras el castigo continuaba, cada golpe una dolorosa lección sobre las consecuencias de sus acciones.

ZAZ ZAZ ZAZ AAYYYY ZAZ ZAZ ZAZ --Me duele!!!!! ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ

AAYYYY ZAZ ZAZ ZAZ -- Por favor noooooo!!!!!! ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ

ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ 

Dando una pausa para levantarla  y desabotonarle los botones del short de mezclilla con voz sollozante Steffany suplicaba -- Por favor mamá, me da verguenza!!!-- mientras Enedina bajaba la mezclilla y colocaba nuevamente sobre sus piernas y ahora bajaba a la altura de la parte baja de las nalgas la parte baja del bikini --Nooooo!!!! por favor!!!!!!!! y dejando el cinto de lado y ahora con palma de la mano abierta.

ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ --AAYYYYYY!!!!!!ME DUELE!!!!!!!!ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ 

--Eso es para que aprenda señorita a no pintearsela de las clases , Crees que no me cuesta el pagarte la universidad?,

ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ

Snif!!!, para por favor!!!! me duelen mis nalgas!!!!!!! snif!!! buaaaa!!!! Buaaaa!!!!, me duele!!!!

--Si no se puede sentar  es para que aprenda a portarse bien

ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ

ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ

ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ           

             Al final, exhausta y con lágrimas en los ojos, Steffany mientras se subia la parte baja del bikini y del short de mezclilla se disculpó entre sollozos, prometiendo enmendar su comportamiento. 

             Desde ese día, Steffany retomó sus estudios con renovado compromiso, y tomó conciencia y sabiendo que las consecuencias de sus acciones no valían la pena. Y aunque la lección fue dura, Enedina esperaba que finalmente su hija comprendiera la importancia de ser responsable y dedicada en la vida.

            Al día siguiente, después del castigo de Enedina, Steffany apenas podía sentarse. El dolor en sus glúteos era agudo y punzante. Con lágrimas en los ojos, se dirigió a la enfermería de la universidad en busca de ayuda. Adriana, la enfermera que también le había dado una tunda , notó de inmediato la angustia en el rostro de Steffany cuando entró. Con compasión, la llevó a una camilla y recostó boca abajo, comenzó a examinar las marcas rojas y doloridas en sus glúteos. Con manos expertas, Adriana aplicó ungüentos calmantes y vendas suaves, procurando aliviar el dolor físico y emocional de Steffany. Mientras cuidaba de ella, Adriana también ofreció palabras de aliento y apoyo, recordándole que merecía respeto y amor incondicional pero también cambiar su conducta la cual no ayudaba mucho . Para Steffany, aquellos momentos en la enfermería no solo representaron un alivio para su cuerpo herido, sino también un bálsamo para su alma lastimada.

Spanking StoriesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora