Fotografías, Reprimendas y Redención para Gabrielle y Danielle

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Danielle y Gabrielle, dos hermosas hermanas de largas cabelleras negras, estaban en el centro de atención en la Universidad de New Havenstone, donde estudiaban Odontología. Su belleza física no solo las hacía populares, sino también un poco atrevidas. Después de una fiesta, cometieron un grave error: publicaron fotos inapropiadas en sus redes sociales.

La mañana siguiente, Mariana, su madre, al descubrir las imágenes, las llamó a la sala. Las hermanas sabían que lo que venía no sería fácil.

—¿Qué estaban pensando? —gritó Marian,su madre, mostrando el teléfono con las fotos—. ¿Cómo pudieron ser tan irresponsables?

Danielle, tratando de calmar la situación, contestó:

—Mamá, lo sentimos mucho. Fue una estupidez, lo sabemos.

Pero Marian no estaba dispuesta a escuchar excusas. Ella siempre había sido firme en sus principios y estaba decidida a hacerles entender la gravedad de su error.

—Esto no es solo una "estupidez", chicas. ¡Es algo que las puede perseguir toda la vida! —dijo Marian con furia—. Y ahora, van a tener que enfrentarse a las consecuencias.

La madre se acercó, su semblante severo. Ambas sabían lo que venía. Marian siempre había creído en la disciplina física como último recurso, y en este caso, lo consideraba necesario.

—Pónganse en posición —ordenó firmemente.

Con lágrimas en los ojos y sin querer empeorar la situación, Danielle y Gabrielle esperaban que el castigo fuera más leve. Marian, firme y decidida, les dio la siguiente orden:

—Bájense los pantalones —dijo en tono severo.

Danielle miró a su madre con sorpresa y suplicó.

—Por favor, mamá, no nos pidas eso, por favor —rogó, mientras Gabrielle asentía con miedo.

Pero Marian no cedió.

—Hagan lo que les digo. Esto es para que aprendan de su error —respondió con firmeza.

Las hermanas, aunque avergonzadas, obedecieron. Sabían que no tenían otra opción.

Tomó primero a Gabrielle y la acomodó en su regazo mientras bajaba delicadamente la panty  color rosa y soltaba unas nalgadas a su bien formado y firme trasero.

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¡¡¡¡Mamaaaaá para por favooooor!!!!!!  ¡¡¡¡Me dueleeeee!!!!!! ¡¡¡¡¡Me da vergüenzaaaa!!!!!-- mientras se abrazaba a un cojín del sillón de la sala de estar 

Mientras tanto Danielle lloraba porque sabía cual iba a ser su destino también...

¡Es tu turno Danielle!-- Entretanto ella se acercaba muy despacio mientras que su hermana se dirigia al otro sillón y se subia su panty y su pantalón, y de la misma forma tomó Marian a Danielle y acomodó en su regazo,bajando con cuidado su diminuta tanga color blanca.

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¡¡¡Mami!!! ¡¡¡me dueleee!!! mientras ponia la mano atras para tratar de cubrir infructuosamente sus nalgas, pero su madre en un movimiento la inmobilizó con su propio brazo.

Cuando terminó, ambas hermanas lloraban, más por el sentimiento de culpa que por el dolor físico.

—Esto es por su propio bien —dijo Marian con un tono más suave pero firme—. Quiero que recuerden esto cada vez que piensen en hacer algo estúpido.

Después de la disciplina, Marian las abrazó, a pesar de la dureza de la situación.

—Las amo, y por eso hago esto. No quiero que vuelvan a cometer errores de los que se arrepientan toda su vida.

Danielle y Gabrielle, entre lágrimas, prometieron cambiar.

—Lo prometemos, mamá —dijeron al unísono.

Desde aquel día, las hermanas cambiaron su comportamiento. Aprendieron que sus actos tienen consecuencias y que la disciplina, por dura que fuera, las había ayudado a crecer. A partir de ese momento, se dedicaron a sus estudios y mantuvieron una conducta impecable, cumpliendo la promesa que le hicieron a su madre.

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