Salma siempre había sido una chica inteligente, pero su falta de responsabilidad le estaba costando caro en la universidad. Era común que llegara tarde a clase, no entregara sus trabajos a tiempo y pasara más tiempo en fiestas que en la biblioteca. Sus calificaciones reflejaban su descuido: notas bajas y comentarios negativos de sus profesores.
Loraine, su madre, había notado el cambio en su hija desde que comenzó la universidad. Salma, quien siempre había sido una estudiante destacada en la secundaria, parecía estar perdiendo el rumbo. Después de varias advertencias y conversaciones infructuosas, Loraine decidió que era hora de tomar medidas drásticas.
Una tarde, cuando Salma regresó a casa después de otra fiesta, encontró a su madre esperándola en la sala de estar. Loraine tenía un semblante serio, y Salma supo de inmediato que algo estaba mal.
—Salma, siéntate —dijo Loraine, señalando el sofá.
Salma obedeció, sintiendo una mezcla de curiosidad y temor.
—He revisado tus calificaciones y he hablado con tus profesores —comenzó Loraine—. Esto tiene que parar. No puedo seguir viendo cómo desperdicias tu potencial y tu futuro de esta manera.
Salma intentó interrumpir, pero Loraine levantó una mano para detenerla.
—A partir de hoy, vamos a hacer algunos cambios —continuó Loraine con firmeza—. Primero, no vas a salir de fiesta hasta que tus notas mejoren. Segundo, cada tarde dedicarás dos horas al estudio bajo mi supervisión. Y tercero, si no cumples con estas reglas, retiraremos tu matrícula de la universidad y tendrás que buscar un trabajo para pagar tus propios estudios.
Salma abrió la boca para protestar y, sin poder contenerse, explotó en un berrinche como una niña pequeña.
—¡Esto no es justo! —gritó, con lágrimas en los ojos—. ¡No puedes hacerme esto! ¡No soy una niña!
Loraine mantuvo la calma, aunque por dentro sentía una mezcla de frustración y tristeza.
—Salma, ya has tenido suficiente tiempo para demostrar que puedes hacerlo sola, y no lo has hecho —respondió con firmeza—. Esto no es solo por tus notas, es por tu futuro. Quiero que tengas las oportunidades que te mereces, pero necesitas esforzarte.
Salma, furiosa y sin pensarlo dos veces, arrojó su mochila al suelo y comenzó a gritar.
—¡No me importa! ¡Odio esta universidad y odio que me controles!
Loraine, perdiendo la paciencia ante el comportamiento infantil de su hija, se levantó y la tomó firmemente del brazo.
—¡Eso es suficiente, Salma! —dijo con voz firme.
Salma trató de soltarse, pero Loraine no la dejó.
—Vamos a hablar en tu cuarto, ahora mismo —dijo Loraine, llevándola hacia las escaleras.
—¡Suéltame! —gritó Salma, forcejeando—. ¡No voy a ir a ninguna parte contigo!
Loraine, sin soltarla, subió las escaleras con determinación.
—Te he dejado demasiada libertad y mira dónde nos ha llevado eso. Necesitas aprender a respetar y a tomar responsabilidad por tus acciones.
Llegaron al cuarto de Salma, y Loraine cerró la puerta detrás de ellas. Salma seguía furiosa, con lágrimas de rabia en los ojos.
—¡No puedes controlarme así! —gritó Salma—. ¡Esto es ridículo!
—Lo que es ridículo es tu comportamiento, Salma —respondió Loraine, tratando de mantener la calma—. He sido paciente, te he dado oportunidades, pero ya basta. Tienes que entender que tus acciones tienen consecuencias.
Sin darle tiempo a reaccionar, Loraine, en un acto de desesperación y como último recurso para hacerle entender la gravedad de la situación, la tomó del brazo poniendola en sus piernas boca abajo y forcejeando aun con Salma, su madre desabotona el pantalón de mezclilla bajandolo con dificultad
—¿¿¡¡Que haces!!?— Pregunta Salma Exaltada previendo lo que iba a suceder— ¡¡ya no soy una niña, tengo 18 !!
—¡¡ Pues tu comportamiento no fue el de una señorita de tu edad!!, ¡¡ademas traes puestas pantys blancas con estampado de ositos de colores!!,¿ un poco infantil no crees?
Comenzó a darle una tunda a Salma con todo el dolor de su corazón
ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ -- Auch!!! Auch!! ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ -¡¡mamá por favor para!!
ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ -- ¡¡ME DUELEEE!!
— ¡¡A mi tambien me duele tu mal comportamiento!!-- respondió su madre-- mientras le bajaba su panty.
Auch!!! ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ -¡¡Sniff!! Sniff, mamita me da vergüenza, para por favor!!!! yaaaaa!!!!! aaaahhhhh!!!!! ZAZ ZAZ ZAZ
ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ
ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ ZAZ
Su madre le dio una buena tunda. Salma, sorprendida y dolida tanto física como emocionalmente, dejó de gritar y sollozó en silencio.
Después de un momento, Loraine se arrodilló junto a su hija, quien aun tenía sus pantalones abajo y lloraba en la cama abrazando un conejo de peluche.
—Lo siento, Salma, pero ya no sé cómo más hacerte entender —dijo Loraine con voz quebrada—. Te amo, y quiero lo mejor para ti, pero no puedo permitir que sigas por este camino.
Las primeras semanas fueron difíciles. Salma se resistía a la nueva rutina y a la supervisión constante de su madre. Gruñía y protestaba cada vez que tenía que estudiar, y se quejaba amargamente de las reglas impuestas.
Sin embargo, poco a poco, comenzó a notar un cambio. Con más tiempo dedicado al estudio, sus notas empezaron a mejorar. Se sentía más segura y menos estresada por los exámenes.
Un día, al revisar sus calificaciones, Salma se dio cuenta de que había obtenido una A en un curso particularmente difícil. Fue entonces cuando comprendió que los límites que su madre le había impuesto no eran un castigo, sino una forma de ayudarla a encontrar su camino.
Loraine, viendo los progresos de su hija, suavizó un poco las restricciones, permitiéndole salir ocasionalmente, siempre y cuando sus responsabilidades académicas estuvieran en orden.
Salma aprendió una valiosa lección sobre la importancia del equilibrio y la responsabilidad. Aunque al principio había resentido las decisiones de su madre y los berrinches habían sido frecuentes, finalmente comprendió que eran necesarias para guiarla hacia un futuro mejor.
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Spanking Stories
FanfictionHistoria de chicas que por su conducta les han dado sus nalgadas. relatos breves de nalgadas. Disciplina parental.