Desde pequeño Milo se destacaba entre los demás por su inteligencia y timidez, desde que era un bebé siempre estuvo en un orfanato, sus padres lastimosamente no podían cuidar de él debido a su mala estabilidad económica.
A medida que carecía el niño, distintas familias querían adoptarlo, su belleza era inigualable, sin embargo por alguna razón, aquellas familias terminaban adoptando a alguien más, dejando a Milo en aquel lugar.
En el lugar donde aquellos niños del orfanato recibían su educación académica, Milo era popular entre los profesores y alumnos, especialmente las niñas que decían; "Milo y yo nos casaremos cuando seamos grandes", apresar de que ninguna había entablado una conversación con él. De lado de los profesores, Milo estaba en la boca de ellos debido a su inteligencia, no había pregunta que él sacara mal.
Los años pasaban y la rutina era la misma, ir a la escuela y de la escuela al orfanato, completamente solo, para su desgracia, su timidez impedía que socializara, y eso empeoró cuando obtuvo su Kosei. La mayoría de niños habían obtenido un Kosei digno de un héroe o villano, pero cuando el don de Milo se manifestó, recibió burlas por parte de los demás pequeños.
Su don era transformación en un perro, él podía transformarse en cualquier raza de perro, utilizando más energía cuando se trataba de perros grandes, a los demás niños eso les pareció absurdo, las burlas hacían sentir pésimo a Milo, el cual evitaba a toda costa utilizar dicho poder.
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Actualmente Milo acababa de cumplir los 15 años, algo realmente preocupante para él, ya que, ¿quién querría adoptar a un chico de 15 años?, y si nadie lo hacía, cuando cumpliera los 16 ttendría que irse del orfanato, no podían alojarlo para siempre.
-¡Hey, Milo! -La voz de un chico se hizo presente donde se encontraba el mencionado.
-No ahora... -Murmuró Milo, girandose hacia el llamado.
-Mira lo que tengo aquí. -En su mano tenía una pequeña pelota de tenis, la cual lanzó lejos. -Se buen perro y ve por ella.
Aquel chico rió con burla, mirando a Milo con una sonrisa burlona.
-¿Por qué no vas a molestar a alguien más? Me tienes harto. -La sonrisa del contrario se desvaneció, rápidamente se acercó a él y tiró del su camiseta.
-Comportate como lo que eres, un asqueroso e inútil perro. -Comentó con repudio. -Con tu don no sirves para nada, no serás nadie para el mundo.
-Tu don tampoco sirve. -Frunció el entrecejo, por primera vez se estaba defendiendo, algo que no le gustó para nada al contrario. -Tu don es hacer papel, eso no sirve para nada, ¿qué planeas hacer? ¿Origami?
Kasuo se vio interrumpido debido a un golpe que recibió del contrario, el cual estaba completamente molesto.
-Cierra la maldita boca, animal inservible, me das asco. -En su voz se notaba el enojo, se alejó de él, volviendo con los demás.
