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Algunas semanas habían pasado desde el primer día de escuela de Alex Somerhalder y su madre estaba muy orgullosa de el. Había hecho muchos amigos e incluso había ido a la fiesta de cumpleaños de un chico de su clase hace unos dias donde jugo hasta el cansancio.

Alex era un niño muy maduro para su edad, en su tiempo libre no le gustaba jugar videojuegos como otros niños. El prefería leerse un buen libro o ver una buena película, estos casi siempre siendo muy clásicos que Marina supervisaba no tuvieran nada muy inapropiado para un niño de casi 7 años.

Los únicos momentos donde parecía un niño de su edad eran cuando su padre lo llevaba a las carreras o cuando estaba con sus amigos de la escuela. Marina amaba a su pequeño caballero pero deseaba también que tuviera una infancia mas acorde con su edad, cosa que gracias a la escuela estaba logrando.

La primera reunión de padres del mes había sido ayer, había ido junto con Ian y su esposa. La profesora de Alex les habló maravillas de el, le dijo que era ya el mas inteligente de su clase y que a veces tenía que recordarse a si misma que solo tenia seis años, porque tenía los conocimientos de un adolescente muy culto.

Esto último era algo que Marina estaba adaptada a escuchar y la ponía muy feliz.

Esa mañana de sábado estaba sola, era el turno de Ian de tener a su hijo todo el fin de semana. Así que Marina se levantó de su cama y luego de alistarse se dirigió a su gimnasio.

No necesitaba un entrenador porque llevaba en el gym desde los 16 años, sabía exactamente lo que hacía. Al llegar saludo a la recepcionista y se dirigió a guardar su bolsa en su taquilla. Fue grata su sorpresa al encontrarse con una cara nueva.

-Lana?- la mujer dejó lo que estaba haciendo en su taquilla y la miró con una sonrisa

-Hola Marina! Que tal todo?-

-Todo en orden. Nunca te había visto acá- la castaña alzó los hombros

-Es mi primer día. No había venido a un gimnasio antes pero deseaba algo para cambiar mi rutina-

-Vas a amarlo en serio. La vida te cambia cuando empiezas en el gimnasio. Todo se vuelve mas sano-

-Eso es lo que estoy buscando. Mi entrenador se llama Josh, lo conoces?- Marina asintió

-Es muy bueno de hecho. Pero no gastes dinero en entrenadores, yo misma puedo instruirte. Llevo 17 años yendo al gym - Lana se sorprendió

-Eso es mucho tiempo. La verdad me sentiría mas cómoda contigo que con un extraño-

-No se diga más! Vayamos a cancelar tu suscripción con entrenador-

Hablaron con la secretaria y el trabajo estuvo hecho. Esa mañana entrenaron juntas y Lana se sintió muy cómoda de que fuera una persona conocida y no un chico nuevo. Luego de entrenar, Marina le sugirió que fueran a un cafe que estaba al final de la calle donde venden unos batidos de frutas.

Luego de que el camarero tomara sus órdenes empezaron a hablar para conocerse un poco mejor.

-Me daba un poco de vergüenza preguntar pero..no eres de acá cierto?- Marina rió

-No lo soy. Nací en Grecia, de donde es mi mamá. Cuando tenía unos 10 años nos mudamos a Gales de donde es mi papá. Y ya en mi adolescencia nos mudamos a Londres, así que por eso mi acento es tan diverso- Lana asintió riendo

-Yo soy de New York pero me mudé a Los Angeles hace casi diez años luego de graduarme. Llevo trabajando en la academia toda mi vida laboral- la griega abrió los ojos sorprendida

-Debes ser muy buena en tu trabajo y amarlo mucho para pasar tanto tiempo en un mismo lugar. Creo que yo no podría, me aburriría muy fácilmente. Creo que tengo una galería por eso mismo, el lugar es el mismo pero los cuadros están cambiando constantemente- la castaña sonrió- Y tienes hijos?-

-No, aunque es algo que definitivamente tengo pendiente. Pero los horarios de mi esposo son muy complicados - Marina bajó su vista a las manos de Lana y frunció el ceño

-No sabía que estabas casada-

-Lo estoy, hace ocho años. Pero mandé a reemplazar mi alianza porque se dobló un poco y aún no voy a buscarla-

-Se dobló?- Lana sonrió nerviosa

-Soy algo torpe a veces. Y tú me comentaste que estabas separada, pude ver en la reunión que te llevas muy bien con la esposa de Ian-

-Nikki es una chica muy dulce. Creo que Ian y yo realmente nunca estuvimos enamorados. Llevábamos a penas dos meses de novios cuando salí embarazada. Luego de eso estuvimos como un año juntos pero nos dimos cuenta de que era por Alex, no había algo real entre nosotros. Parecíamos mejores amigos teniendo un bebé- rió- Y después de eso la verdad no me he molestado en salir con personas de nuevo. He tenido cosas casuales pero no puedo dejar a cualquiera entrar a mi vida teniendo un niño

-Entiendo- el camarero regresó con la orden de ambas y Lana sonrió cuando probó su batido -Esto está muy bueno Marina. Definitivamente este lugar se volverá frecuente para mi después del gym-

-Yo siempre vengo después e incluso a veces vengo cuando estoy en la galería y salgo a almorzar. Venden unas ensaladas deliciosas-

Las chicas hablaron algo más y ambas sintieron que una buena amistad podría salir de ahi.

Lana se dirigió a su casa sonriente, se sentía muy satisfecha con su primer día del gimnasio. Solo podría ir en las mañanas los fines de semana porque la escuela se lo impediría el resto, pero cerraban a las nueve de la noche así que podría ir en las tardes junto a Marina también.

Cuando estaba llegando a su casa vió el auto de su esposo estacionado afuera. Sintió como un enorme nudo se formaba en su garganta, fue pesado de tragar. El llevaba mas de un mes en un viaje de negocios, era arquitecto y tenía bastantes de esos. No recordaba que el regresaba hoy.

Estacionó el auto y se quedó por un momento dentro, sus manos se aferraban al volante. Su cuerpo entró en pánico e incluso comenzó a sudar frío. Respiró varias veces para calmarse, incluso si se dirigiera a otro sitio seria solo alargar su destino, tenía que volver a casa en algún punto.

Tomando una enorme bocanada de aire salió de su auto y se dirigió a la entrada.

Black Beauty (Larina)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora