Parte ll

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Muéstrame que está mejor sin mi.

Pete se encontraba solo en casa, enfermo y agotado después de días intensos de trabajo. Había decidido tomar unos merecidos días libres para recuperarse, pero la soledad y el malestar lo consumían. Sin embargo, su tranquilidad se vio interrumpida abruptamente cuando alguien golpeó la puerta sin previo aviso.

-¿Quién es? -preguntó presionado por el intercomunicador, su cuerpo sin fuerzas para mirar por la mirilla de la puerta o para fingir que no estaba en casa si se asomaba con sigilo.

-Soy yo, Vegas. ¿Puedo pasar? -respondió una voz serena pero cargada de interés.

-¿Qué haces aquí? No quiero compañía, estoy enfermo -soltó Pete, visiblemente irritado mientras fruncía el ceño al abrir la puerta y encontrarse con aquel despreciable ex agente Vegas.

La tensión entre ambos era palpable. Vegas se presentaba con una preocupación genuina en sus ojos, aunque Pete permanecía a la defensiva y resistía cualquier intento de persuasión.

-Lo sé, Pete. Me enteré de que estás enfermo y decidí venir a verte. No puedo quedarme de brazos cruzados sabiendo que estás mal -insistió Vegas, tratando de ocultar la mezcla de sentimientos que se agolpaban en su interior.

-No necesito que te preocupes por mí. Puedo cuidarme solo -respondió Pete, siempre cauteloso y a la defensiva, mostrando su incredulidad.

-Entonces trágate tu maldito orgullo y déjame cuidarte -Vegas suspiró y decidió bajar la guardia por un momento.

-¿Cuidarme? ¿Desde cuándo te importa mi bienestar? -respondió Pete con sarcasmo, pero Vegas no se dejó amedrentar.

-Lo sé, Pete, pero no puedo quedarme de brazos cruzados viendo cómo te encuentras mal. Además, sé que no te gusta admitirlo, pero todos necesitamos ayuda de vez en cuando. Y también sé que te niegas a ir al médico.

-¿Cómo lo sabes?

-Las noticias viajan rápido, especialmente cuando se trata de ti. Sé que eres terco y no quieres ir al médico, pero eso no significa que debas enfrentar esto solo.

-Vegas, no quiero que te involucres. Nuestra situación es complicada y no puedes estar aquí.

-No podemos o no quieres, Pete. Nuestra relación ha sido complicada, pero eso no significa que no me importe. A pesar de todo, todavía siento algo por ti.

Pete se quedó sin palabras por un instante, asimilando las palabras de Vegas. Ambos habían compartido momentos intensos y apasionados en el pasado, pero su lealtad a bandos opuestos los había separado. Ahora, en medio de la enfermedad y la fragilidad, esos sentimientos encontrados volvían a emerger.

-No estoy acostumbrado a esto, Vegas. Siempre he sido el que ayuda a los demás, no el que necesita ser cuidado -soltó Pete, rendido, mirando hacia otro lado.

-¿Te gustaría que te prepare una sopa caliente? Puede ayudarte a sentirte mejor -propuso Vegas, notando una ligera sonrisa en Pete.

-Eso suena bien, aunque no estoy acostumbrado a que alguien cocine para mí.

-Considera esto como una excepción. Te prometo que mi sopa es bastante buena. Además, mientras tanto, puedo revisar esa herida en tu muslo y asegurarme de que esté bien -añadió Vegas, notando la herida que necesitaba atención.

Can you Love me ?  VegasPeteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora