Naruto - Nación del Nuevo Viento ✔️

5 - Tierra de pájaros ~ Ave migratoria (parte 4/4)

Al igual que su líder, los pícaros de Hoki no se permitían el lujo y la comodidad que les hubieran permitido sus altos cargos en la corte. En su lugar, su base de operaciones era una mansión abandonada y en ruinas en las afueras de la capital. Tenía el mismo aspecto que los edificios igualmente abandonados que la rodeaban, sin signos evidentes de haber estado ocupada en los últimos años. Incluso el camino frente a la mansión estaba completamente cubierto de maleza.

Pero Baki sabía que no era así. Sus ojos experimentados captaban fácilmente los signos sutiles de alguien -alguien con entrenamiento shinobi- que entraba y salía con regularidad. Éste era el lugar: la base secreta de operaciones de Hoki.

Como había dicho Kankuro, Baki no esperaba realmente que Hoki hubiera sido tan tonto como para dejar por ahí el veneno que había utilizado o algún registro escrito de su plan para apoderarse del País de los Pájaros.

Pero sí esperaba que Hoki o sus hombres fueran tan tontos como para dejarse incitar a atacarle e incluso a revelar sus planes.

No se sintió decepcionado.

Baki se vio obligado a saltar rápidamente hacia atrás cuando un puño surgió de repente del suelo, justo debajo de donde había estado agazapado en la hierba alta. Se agarró al tobillo que había estado allí, pero al encontrar sólo aire vacío, pronto fue seguido por un hombre corpulento, que se levantó lentamente del suelo: un jutsu tradicional de Piedra Oculta.

Qué nostálgico", pensó Baki con una sonrisa burlona. Esos mocosos ni siquiera son lo bastante mayores para recordar la Tercera Gran Guerra, y yo aún recuerdo cuando luché contra las incursiones de la Piedra Oculta en la Segunda".

"Hasta aquí has llegado, shinobi", dijo lentamente el hombre, claramente uno de los de Hoki. "Se suponía que debíais marcharos. ¿Dónde está Hokushin?"

La sonrisa de Baki se ensanchó. "¿Intentó seguirnos? Entonces está muerto".

Los pequeños ojos negros del pícaro nin se entrecerraron. "Y tú también", rugió mientras un escuadrón de sus hombres aparecía alrededor de Baki. Incluso rodeado, la sonrisa confiada del jonin no vaciló.

"Yaiba no Baki", dijo. El guardia se tensó mientras extendía las manos vacías, aunque eso no significaba nada para un verdadero especialista del viento. "Ése es el título que me han dado. Es bastante trillado, ¿no crees? Recibir el nombre de tu mejor técnica...".

Los ninjas canallas atacaron en una tormenta de acero reluciente. En un instante, fueron abatidos por una tormenta de espadas mucho más afiladas.

"Kaze no Yaiba", dijo Baki lentamente mientras los cuerpos caían a su alrededor. Se había ganado una modesta infamia por su hábil uso de este jutsu, incluida su capacidad para generar múltiples cuchillas a su alrededor con los movimientos más sutiles. Había pocas cosas que su chakra de naturaleza eólica no pudiera cortar.

Sin embargo, a diferencia de lo que probablemente habrían hecho los genin verdes de su equipo, Baki no se relajó a pesar de que parecía ser el vencedor. Volvió a escrutar el campo de batalla, con los sentidos aún en alerta máxima. Con los instintos perfeccionados por el combate a vida o muerte, Baki se centró en el cuerpo del usuario de la liberación de tierra, seguro de que algo no iba bien.

No le decepcionó. Algo se agitó, haciendo que Baki saltara de nuevo hacia atrás, cuando una tormenta de guijarros se estrelló contra el lugar donde había estado de pie.

Las piedrecitas se elevaron, flotando en el aire, mientras varias se fundían de nuevo para formar el rostro sonriente del nin pícaro. "¿Y ahora qué, Sand-nin? Tu precioso viento cortante no tendrá ningún efecto sobre mí!", cacareó su estruendosa voz.