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Me siento sorprendido pero no decepcionado por el mensaje de Checo, pero aunque lo estoy esperando, entra mucho antes de lo que hubiera imaginado.

—Extrañándome al... —Mi broma muere en mis labios en el momento en que veo su rostro—. ¿Qué ocurre?

—Yo... por favor, dime que esto es una novedad para ti.

Checo deja caer un trozo de papel sobre el escritorio donde estoy trabajando. Curioso, me inclino hacia adelante y lo hojeo.

Es una...

¡Ay, maldita sea!

Casi me trago la lengua ante las palabras que me devuelven la mirada. Ninguna posibilidad de relación.

El pánico sube por mi columna. —¿De dónde has sacado esto?

—¿Lo sabías?

—¿De dónde has sacado esto? —Me pongo de pie, con el cerebro convertido en arenas movedizas de pensamientos que no tienen sentido.

Su sorpresa se desvanece en una mirada fulminante. —Lo sabías.

—Responde a mi pregunta.

— Lo pedí —responde bruscamente.

—¿Por qué?

—No quieres que responda a eso.

—Bueno, será mejor que empieces a explicar por qué hiciste esto a mis espaldas.

—¿A tus espaldas? Como si pudieras hablar.

—¿Fue por la empresa? —Camino alrededor del escritorio, el zumbido penetrante en mis oídos me hace sentir desequilibrado—. Después de todo lo que he hecho por ti, ¿me la vas a quitar?

—¡Ni siquiera es tuya!

—¡Vete a la mierda! —Mi rabia proviene de un lugar profundo y desesperado dentro de mí que siempre ha estado al acecho, esperando que llegue este día—. Yo soy la empresa. Mientras tú eras un niño, yo miraba CNN con mi padre y aprendía sobre los prejuicios de los medios y de dónde viene. Mientras tú te emborrachabas y asistías a las fiestas del instituto, yo pasaba las noches estudiando el mercado de valores y escribiendo propuestas de adquisición. He luchado con uñas y dientes todos los días de mi puta vida por esto.

—Porque sabías que no era tuya.

—Por supuesto que lo sabía —siseo—. Mis padres me contaron todo y me hicieron prometer que lo mantendría en secreto. ¿Por qué crees que finalmente te conoció cuando tenías veintiún años? Quería una contingencia. Una oportunidad de capacitarte en caso de que me pasara algo o alguien se enterara. Sin ti y sin mí, todo esto va a parar a Junior, y pensar en eso haría que mi padre se revolcara en su tumba.

—Tal vez se lo merece.

—Deja de decir eso.

Sergio da un paso adelante, directo a mi espacio. —Mira lo que ha causado. Crió a un jodido hijo de reemplazo en lugar del verdadero. ¿Quién hace eso? ¿Y quién chingados eres tú para acercarte a mí y pasar el último mes jugando a ser hermanos, sabiendo que todo era una mentira?

—No lo fue. No, no somos hermanos, pero tú mismo lo dijiste. Éramos amigos. Quería que tuvieras todo esto, que tuvieras la vida que merecías, y en cambio, robaste mi ADN como una especie de ladrón. ¿Este fue tu plan todo el tiempo? ¿Tu madre te instó a esto? El dinero no fue suficiente, ¿entonces también vienes tras mi empresa?

—¡No quiero la compañía!

—Entonces, ¿por qué diablos ordenarías una prueba de ADN entre nosotros?

Bastardo [Chestappen] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora