Eco del abismo

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En la profundidad del abismo, se pierde el eco del ser,
entre susurros de sombras, se desvanece el querer.
Un alma atrapada en la tormenta de la existencia,
buscando en la oscuridad, la última sentencia.

Se arrastra en el fango de la desesperación,
anhelando el silencio, la liberación.
Cada suspiro es un grito hacia la nada,
cada paso, un eco en la eternidad helada.

En su pecho arde un fuego frío, un hielo abrasador,
un torbellino de emociones, un miedo al amor.
El eco de la muerte resuena en su mente,
un canto de sirena, dulce y envolvente.

Entre sus manos de ceniza, se desvanece la esperanza,
un naufragio en el océano de su propia balanza.
¿Qué es la vida sino un juego sin sentido?
¿Qué es el amor sino un sueño prohibido?

En el rincón más oscuro de su alma, se esconde el deseo,
el anhelo por el final, por el sueño etereo.
Cada latido es un susurro, un recordatorio,
de la inevitabilidad de su destino transitorio.

En cada amanecer, ve el reflejo de su condena,
en cada atardecer, siente la llamada serena.
La muerte es su amante, su única compañía,
en el baile eterno de la noche y el día.

Y así, entre suspiros y lamentos, sigue su camino,
un viaje hacia el abismo, un destino divino.
En la batalla interna, se pierde y se encuentra,
en la danza eterna de la vida y la muerte, se enfrenta.

Palabras de un Alma CansadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora