En lo Profundo

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Toda una vida roto, 
forjado en el yunque del arrepentimiento, 
cada pedazo de mi ser, 
esculpido por el dolor y la pérdida. 
Un ser que quiso dejar de sentir, 
evitando cada emoción, 
enmascarado por ira y molestia, 
temeroso de parecer débil.

Bajo la tela de un alma generosa,
que ayuda a todos pero nunca a sí misma,
un corazón que nunca aprendió a sanar. 
El sentir es un extraño, 
un eco en el abismo profundo, 
donde cada caída solo lo hacía más oscuro, 
una oscuridad que consume, 
profunda como el vacío infinito.

Un abismo que nunca toca fondo,
donde la esperanza se ahoga en sombras, 
y cada intento de luz, 
es un susurro que se desvanece. 
Así, en esta eternidad sombría, 
donde el dolor es la única constante, 
el alma se retuerce, 
buscando una salida que nunca llega.

Lágrimas sin nombre,
gritos sofocados por el miedo, 
el corazón late, pero cada latido duele, 
cada respiro es un recordatorio, 
de una vida llena de ausencias, 
donde los sueños se desmoronan 
como castillos de arena en la tormenta.

En lo más profundo, 
allí donde la luz no alcanza, 
queda una chispa, pequeña y frágil, 
un anhelo de redención, 
una esperanza de que, 
quizás, algún día, 
el abismo se transforme en cielo, 
y las sombras den paso a la luz.

Pero en esta penumbra,
donde las horas se estiran como la eternidad, 
la melancolía se vuelve compañera, 
un susurro constante en la noche, 
recordándome que el dolor, 
es la única certeza en este vacío. 
Y así, envuelto en tristeza, 
camino solo, 
esperando, soñando, 
con un amanecer que tal vez nunca llegue.

Palabras de un Alma CansadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora