El Aleteo del Silencio

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En el rincón más profundo de mi ser, guardé palabras que ardían por salir, creyendo que el silencio sería un escudo, una protección. No imaginé que ese pequeño aleteo, ese tímido cerrar de labios, desataría un vendaval en mi alma.
El silencio, que al principio parecía ser un refugio, se convirtió en un laberinto oscuro, donde cada paso no dado resonaba con el eco de la ira contenida, del amor no expresado, del dolor que lentamente se transformó en resentimiento.
Cada día, las palabras no dichas pesaban más, acumulándose como nubes negras en un cielo que una vez fue claro. Y así, lo que podría haber sido una brisa ligera, un suave susurro al oído, se transformó en un huracán de emociones que arrasó con todo a su paso.
Y allí, en medio de la tormenta, comprendí que el verdadero desastre no fue causado por las palabras que pronuncié, sino por aquellas que nunca llegaron a ver la luz. El silencio, que intenté usar como un arma, se volvió en mi contra, destruyendo todo lo que amaba.
El aleteo de una mariposa puede causar un tornado, pero el aleteo de un silencio puede destrozar un corazón

Palabras de un Alma CansadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora