Día 7

2 0 0
                                    

Una semana escribiendo, y por primera vez no lo hago desde mi cama. Estoy sentado en la mesa del comedor, tras echarme 3 horas jugando. Aunque hoy está justificado, han metido una nueva actualización increíble, pero la verdad es que debería estar estudiando. 

Aparte de eso, hoy las chicas siguen estando raras, aunque no me han hecho tanto vacío como otros días. En un momento dado decidí preguntarle a la chica con la que más confianza tengo si estaban enfadadas conmigo. Su respuesta fue "La verdad es que estoy harta, harta de la vida, harta de todo". La verdad es que no se muy bien como interpretarlo, al principio pensé que se refería a mí, pero al cabo de un rato pensé que probablemente pensaba que le estaba preguntando si estaba enfadada en general. Lo cierto es que le podría haber insistido o pedido explicaciones, pero en el momento me puse muy nervioso, y ella tenía un tono muy agresivo y no quería enfadarla más.

Por otro lado, esta mañana, a pesar de que me había prometido a mi mismo que no volvería a jugar hasta acabar los exámenes. Sin embargo al levantarme decidí que no pasaría nada por jugar dos partiditas, pero inesperadamente, estas se convirtieron en cuatro. Por suerte pude parar a tiempo y aproveche parte de la mañana para dedicarme a un proyecto personal que llevaba años queriendo empezar, y parece que por fin lo haré. Lo malo es que no me puedo permitir hacer otra cosa que no sea estudiar, en una semana y media será el examen, y no tengo idea de nada. Así que cuando llevaba un rato decidí que lo mejor sería ponerme a estudiar, así que hice lo más lógico, me puse a cocinar porque así podría comer pronto y estudiar sin interrumpirme para comer. Como era evidente en mi, el resultado fue que después de comer seguí viendo la serie que me puse para entretenerme mientras estaba tirado en cama. Y dos horas después, veinte minutos antes de salir de casa para ir a clase pensé que podría ponerme a estudiar. Así que repasé las dos primeras páginas de un tema, el cual no sé ni cual era, y me fui.

Así que el día de hoy se puede resumir en que soy una mierda de persona, sin ningún tipo de fuerza de voluntad ni capacidad social. Un imbécil que tira su tiempo por la basura mientras se deprime porque está perdiendo el tiempo. En fin, un día más sin ninguna novedad, que se le va a hacer. Por lo menos pude hablar un rato con mi madre rato, el único rayo de sol en la tempestad de mi infortunio.

Hasta mañana. Atentamente,

Yo

Diario de la soledadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora