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Decir que su corazón estaba latiendo rápido era poco, realmente no sabía que pensar Checo, estaba confundido por el sentimiento repentino.
Desvío su mirada en cuanto aquel mar cálido cayó en el, sintiéndose vulnerable y sofocado ante tanta marea espumeante, sus ojos, eran los más lindos, estaba seguro que incluso el mar más bello tenía envidia de quel par de hermosos ojos.
Checo se avergonzó más cuando el hombre respondió si timidez con una risita que hizo que se sintiera más pequeño.
—Checo, mi vida, ven a saludar.— Ahí estaba su mamá, con una sonrisa mientras le incitaba a saludar.
No pudo evitar el deseo de su mamá y accedió a saludar a dicho hombre asombrosamente guapo.
Extendió su temblorosa mano suave al frente sin levantar su mirada.
Enfocándose en sus manos como si fueran lo más interesante del mundo, por una vez en su vida, se comcentro en algo, sintiéndose inquieto de inmediato. El cálido contacto de la mano contraria encendió su corazón en llamas, es cierto que la piel blanquecina del hombre no era suave, no como la de el, eran las manos de un hombre rudo, como su papá.
El momento, que para Checo era infinito, fue interrumpido por su padre.
—Llegue, espero no haberlos hecho esperar mucho, buscaba algo en el auto.— Se dirigió toto a su querido esposo y también al rubio que había soltado el agarre de la mano con el pecoso.
—No se preocupe señor Wolff— Contestó, Sergio miro su mano una última vez para despues salir de su trance inusual.
—Checo, te parece si exploras un poco la empresa, después de todo, dudo que te agraden estas charlas.
—¡Siii!
Y nuevamente la infantilidad del pecoso regreso, este corría energético, escabullendose en los grandes salones, Toto sabía que su hijo por más energético e inquieto que fuera no haría nada malo ni travieso.
Después de todo, liberar la energía no le vendría mal.
—Bien, ahora si, vallamos a la sala de reuniones, así podremos hablar mejor ¿No lo cree sr. Verstappen?
—Concuerdo con usted, Señor Wolff.
Realmente el lugar era grande, todo estaba minuciosamente limpio y bien acomodado, habían algunos cuadros perfectamente colocados, todos con pinturas de paisajes.
Habían jarrones lindos llenos de flores probablemente artificiales.
Habían salas completamente llenas de arte, tan bellas pinturas y esculturas que hicieron que Checo se sintiera en paz.
—¿Te gustan?
La voz desconocida y sorpresiva asusto al pobre Omega.
El pecoso giro sobre sus talones para mirar al dueño de la voz que lo había asustado.
Un chico más o menos de su estatura, tez morena, con un traje pulcro de color negro, cabello trenzado. Checo se relajo cuando la sonrisa del hombre demostró amabilidad.
—Perdón si te asuste, pensé que me habías escuchado entrar.
—No pasa nada, estaba distraído.
Checo sonrió amistoso, devolviendo su mirada a la pintura frente a sus ojos, un lindo cachorro golden retriver, una pintura divertida a su parecer.
—Los perros son muy lindos, aunque prefiero a los que parecen amistosos ¿Te gustan los perros?
—Si, me gustan mucho, yo tengo uno de hecho.
—¿Enserió? Papá y mamá se niegan a tener una mascota, supongo que es porque son difíciles de cuidar.
—Lo se, son pequeños rayos de energia.
—Siii, pero en fin, a que esta lindo todo esto.—El ojicafe cambio el tema sonriendo a la par que señalaba las pinturas con rapidez.
El hombre de tez morena río divertido.
—Supongo...
—¿No te gusta el arte?
—Oh, claro que me gusta...
—¿Entonces porque dices supongo?
El pecoso preguntó curioso mientras el hombre miraba las pinturas y las esculturas con desinterés.
De cierto modo al Omega le causaba intriga aquel hombre.
—Bueno, el artista no siempre admira todas sus obras.
Y checo sintio emoción al escuchar esas palabras.
:>
Chau 🌷
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"Bajo la lluvia..." [Chestappen]
FanfictionEl amor puro puede ser sorpresivo, hasta para un León Neerlandés.