20 Morgana

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—Verás Rebecca —dijo Eǵon, acercándose despacio hacia ella, mientras acomodaba su finísimo traje de seda azul profundo con infinitos tribales, bordados en hilo de seda de verde tornasol. traje que consistía nada más que en pantalones y un saco de marcadas hombreras suelto, exhibiendo vanidosamente su atlético torso.—Los míticos crecen aprendiendo a controlar sus "habilidades peculiares" desde que nacen. Cuanto más poderosa la magia, más difícil es controlarla— dijo. Y con un gesto sutil de la mano, atrajo hacia él, un pimpollo azul, que flotó desde el rosedal a sus espaldas, hacia la mano del brujo. —Todo lo que existe, está interconectado, una vez que empiezas a percibir tu magia, aprendes a encausarla, para modificar la "materia" que conforma los elementos, que "hoy", percibes como externos a ti, pero que en realidad forman parte de un todo (incluidos nosotros) —.

El pimpollo que sostenía Eǵon, abrió sus pétalos lentamente, transformándose en una preciosa rosa azul, que el brujo ofreció a Rebecca, mientras cambiaba su color a un precioso violeta tornasolado.

—Pero si no aprendes a controlar tu poder —continuó... —Una molécula desordenada, puede causar caos —La rosa entre los dedos de Rebecca, se consumió en cenizas doradas que volaron, con la repentina brisa.

Rebecca, inmutable, apartó los ojos de las cenizas esfumadas. Miró al brujo a los ojos, tan estoica, que el miedo que sentía crecer, desde la boca del estómago, ni se le notaba. Tomó aire disimuladamente, y exhaló suave, calmando la desesperación que trepaba por su garganta. Eǵon sostenía su mirada, pero no de manera desafiante. Era más bien asombro, curiosidad, ¿Ó incredulidad quizás?

—Llevan años de desventaja ¿Lo comprendes? —Eǵon rompió el breve silencio, refiriéndose al tiempo perdido sin estudiar como controlar sus "poderes".

—No te preocupes, aprendemos rápido —contestó ella, poniéndose de pié en un intento de disimular su preocupación.

—Eso me han dicho —respondió Eǵon, poniéndose de pié para acercarse a ella. Rebecca volvió la mirada hacia él marcando la distancia, con la sola expansión de su energía.

El brujo se quedó inmóvil al verlo. El aura de Rebecca se expandió al doble, Eǵon, al igual que Sol, podía verlo nítidamente.

—El vínculo con Kalevi... ¿Me pone en peligro? —Preguntó con cierta tristeza en el tono.

—No más de lo que ya estás —mintió Eǵon. Sabía que la magia de ambos podía potenciarse y para alguien inexperto como Rebecca, el sobresalto podría ser fatal...

Pero, también sabía lo que se sentía, tener un vínculo Tardentŷa con Kalevi.

—Hay varios motivos por los cuales Kalevi quiere que específicamente "yo" sea tu Maestro —Continuó Eǵon.

—Este vínculo que tienen —dijo, se detuvo un momento. Exhaló resignado y continuó —No es eterno Rebecca, siempre que mantengas el control y puedas diferenciar tu energía de la de Kalevi, estarás bien. Y quizás algún día la energía de alguno de los dos mute, y las emociones que afectan el vínculo se suavizan. A partir de ese momento, dejarás de sentir que pierdes el control sobre ti misma. Sé lo que sientes, y lo sé, porque también soy Tardentŷa de Kalevi.

—Ahora si que me siento especial —contestó sarcástica.

—¿Quieres ser especial? ¿O quieres ser especial para Kalevi? —preguntó divertido.

Rebecca no contestó, pero la pregunta quedó dando vueltas en su mente. —¿El vínculo afecta las emociones? —preguntó ignorando por completo la pregunta de Eǵon.

—Las intensifica considerablemente. Al principio sobre todo, es embriagador, luego se vuelve adictivo y desesperante —Contestó Eǵon, con la mirada perdida en melancolía... Su respiración, se fue agitando hacía el final de su respuesta, en consonancia con un tono de voz tan profundo, que Rebecca pudo sentir en su propio cuerpo, la angustia en la melancolía de Eǵon. —Lo difícil es controlar el deseo sexual, puede llegar a trastornarte, si no aprendes a manejarlo —agregó el brujo, un poco más animado.

EURITMIA " Grimorios para Elementales"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora