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Minho y Thomas caminaron por un largo rato en el bosque. Thomas no sabía exactamente que hacían ahí.

—Oye a dónde vamos?

—Ya verás.

Continuaron su camino hasta llegar una cabaña alejada de todos. Cuando entraron Thomas se quedó callado viendo las cosas que estaban ahí. Mapas, eran mapas y en la mensa grande de enfrente no sabía que se encontraba perfectamente ya qué estaba cubierto todo con una manta grande.

Minho quitó la sábana que estaba en la mensa dejando ver un mapa de todo el laberinto. Cada parte de los muros nada faltaba.

—El laberinto, completo. —Dijo Minho recargando sus manos en la mensa—

—¿Cómo que completo? Pensé que seguían haciendo mapas

—No hay ninguna necesidad de hacer más. Yo mismo he recorrido cada centímetro, cada patrón, si hubiera salida ya la hubiéramos encontrado.

—¿Porqué no se lo haz dicho a nadie? —Minho suspiró tomando su postura normal—

—Alby lo decidió, quería mantener la esperanza en los demás. —Se acerco a Thomas con el aparato que encontraron en el penitente— Pero tal vez con esto si hay esperanza.

Thomas suspiro aliviado, por un momento pensó que de verdad no había ninguna salida.

—Echa un vistazo. Hace un año descubrimos estás nuevas secciones —Señalo en el mapa unos muros cuáles eran los últimos— con números impresos en las paredes, de la uno a la ocho, la forma en la que funciona es que cada noche cuando el laberinto se altera se abre una nueva sección. Así que hoy la sección seis estaba abierta, mañana será la cuatro, ocho y tres. El patrón siempre es idéntico.

Thomas miro todas las secciones para ver al aparato entre sus manos

—¿Qué tiene de especial la siete?

—No lo sé, pero anoche cuando mataste al penitente la sección siete estaba abierta así que es de ahí es donde vino. Mañana tu y yo echaremos un vistazo —Thomas asintió—

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La rubia estaba en su mundo. Sueños extraños donde ella estaba llorando. La misma chica de pelo castaño viendo con la cabeza agachada como muchos mueren y otros son llevados a laboratorios.

—¡Ana! ¡Despierta Ana! ¡¡Ana!!

Se despertó de un golpe por esos gritos en su cabeza. Ana. Recordo su nombre, ¡Era Ana!. Quiso gritar de felicidad pero se la guardo al escuchar unos ruidos de golpes y quejas se hacían presentes. Estos provenía de la cabaña de medicina. Última vez en dónde vió a Newt, Thomas y Minho.

Se asomó un poco para ver lo que sucedía, se encontró a la chica ya despierta tirando cualquier cosa a su camino para alejarse de los chicos y empezó a correr hacía el refugio, la chica se escondió para que nadie la vea. Tal vez no la iba a golpear por qué es una mujer ¿O sí?

La chica empezó a escalar las escaleras del refugio hasta el último piso. Ana tomó un cuchillo que tenía en su pantalón, se lo guardo antes de salir y quedarse completamente dormida, espero a que llegara la de ojos azules para apuntale con el cuchillo y al parecer la chica también traía uno.

Las dos se quedaron en completo silencio Ana bajo el cuchillo pero la chica no ¿Porque no?

—Baja ese cuchillo

—¿Quién eres tu? —Le amenazó desconfiada—

—Soy...—Fue interrumpida por las voces de todos los chicos que se acercaban a las escaleras—

Una Vida Junto A Tí //Newtmas// You. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora