Capítulo 11

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Se siente realmente contento.

No pensó que Shōto fuera a aceptar pasar juntos su celo de agosto, pero lo hicieron, el bicolor se tomó una semana y lo llevó a un hotel muy bonito en otra ciudad para estar juntos, así como también pasaron el rut del alfa. Su lobo ronronea gustoso sabiendo que tiene al alfa comiendo de su mano.

En esos meses hubo muchos cambios, para empezar, tuvo que cambiar las cerraduras de su departamento, pues Shōto solía ir a visitarlo y no quiere que Dabi los encuentre en ciertas situaciones.

Oh, pobre Dabi.

Todo lo que le advirtió y le dijo que no hiciera, fue ignorado por el pecoso y su calentura.

Los únicos impedimentos para ver a Shōto eran la escuela, las reuniones con la Liga y los trabajos parciales que solía tomar para comprar sus materiales de laboratorio.

Aunque su padre y Garaki le dijeron que dejara de esforzarse en la creación del Nomu perfecto, él quería demostrarles de lo que era capaz. Ser obstinado era quizás su mayor defecto.

Shōto, al ver que no siempre disponía de su tiempo, le dio una tarjeta para que la use a su antojo y así se libere de las horas en las que trabajaba para que, en cambio, se quede con él.

Por supuesto que la aceptó, si su alfa quiere consentirlo él no puede negarse.

Sí, ya lo había autodenominado suyo.

Había equipado mejor la habitación libre en su departamento que solía usar como almacén, para transformarla en un pequeño laboratorio con todo lo necesario para intentar por sí mismo crear sus dichosos nomus.

En la escuela obviamente no podría, y en la Liga, se pondrían furiosos si descubren que desperdicia recursos para crear algo que no valdría la pena.

Pero ahora tenía su propio espacio y nadie lo fastidiaba.

Terminó graduándose con honores y recibiendo múltiples ofertas de empleo, él optó por seguir a Garaki en su hospital, así se le haría más sencillo ser parte de la Liga, claro, tomando en cuenta que bajo ese mismo establecimiento se encontraba Shigaraki, siendo sometido a múltiples transformaciones para la derrota final de All Might.

—Felicidades por tu graduación, bonito— Al subir al auto negro, Shōto lo recibió con un beso, flores y un pastel.

—¿Es de chocolate o solo la cobertura?

—Completamente todo es de chocolate. Y te pertenece a ti, al igual que yo— Sonríe, girando para poner con delicadeza las cosas en el asiento trasero.

El pecoso no puede evitar enternecer y se inclina para tomar sus labios nuevamente.

Shōto acaricia su pierna mientras conduce, entrelazan sus dedos y van directo a cierto hotel del cual se han vuelto clientes frecuentes.

Izuku lo toma del brazo con alegría, importándole poco que el personal del hotel los vea, sabe que luego Shōto hablaría con ellos y llegaría a un acuerdo para mantenerlos con la boca cerrada.

Esa era su nueva rutina.

Por las mañanas hace turnos en el hospital, después continúa sus investigaciones y experimentos en su laboratorio y si es necesaria su presencia en la Liga, asiste.

Ha disminuído el tiempo libre que pasaba ahí, quizás se ha alejado un poco, pero no pueden culparlo, también hace lo posible para seguir viendo al héroe.

Se siente bien amanecer a su lado, ser mimado, sentirse querido.

Aunque no sabe si realmente le gusta Shōto o es un capricho por ser el primer alfa que le atrae y resultaba ser mutuo.

Doble Moral [Tododeku]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora