Doble Moral [Tododeku]

Capítulo 18

Por increíble que parezca, en Tártaros fue muy respetado y querido tanto por otros presos como por los mismos oficiales.

Era de los pocos omegas que estaba en la prisión, por lo que iba apartado en otra sección, pero a la hora de ir al patio tuvo que enfrentar al resto sí o sí.

Y no lo sabía, pero la mayoría ahí ya lo conocía y esperaban con ansias.

—¡Es el que le bajó el novio a una heroína!— Chilló un preso en cuanto lo vio, acto seguido todos empezaron a aplaudir y alabarlo, exigiendo que empiece a contar cómo fue que logró conquistar a un héroe.

En esos dos meses, aparte de contar historias, solía ayudar a los reos que salían heridos después de una pelea que hayan tenido entre ellos o que hayan sido castigados por los guardias.

Se hizo particularmente cercano a su compañera de celda Kaika Tsutsumi y a Chisaki Kai, una ex-heroína también acusada de traición y asesinatos, y un líder yakuza.

A Chisaki le gustaba Izuku por ser quirkless y a Kaina, le agradaba por haber provocado un caos con su aventura, además de que tenía buenas historias para contar.

—Que te vaya bien, Izuku.

—Gracias— Sonríe saliendo de su celda, despidiéndose de su compañera, Kaina.

—Voy a sentirme solo sin ti— Lo mira suplicante el alfa de ojos dorados, triste porque el omega que le gustaba se iba.

—Ya ríndete, tiene un alfa y una hija— Se ríe Kaina codeándolo, burlándose de él por no tener brazos, el castaño rueda los ojos con molestia.

—Vamos, chico, vas a perder el ferri— Los interrumpe un guardia, pero era un regaño amistoso. 

Sí, los guardias también lo querían mucho, pues solían apreciar que alguien no les dé problemas y tenga interesantes temas de conversación más allá que enorgullecerse de sus crímenes, todos ahí estaban enterados de su caso debido a las constantes visitas que solía hacerle el abogado, y estaban convencidos de que era inocente.

¿Quién creería que él fuera malo teniendo una carita tierna y personalidad tan encantadora como la suya?

—Tengo entendido que en Musutafu todo es un caos, los medios ya sacaron a la luz el hecho de que regresas y muchos esperan un desenlace— Sonríe el guardia mirando el horizonte por la proa, Izuku esposado a su lado admira el mar junto a él —Para ser honesto, no quiero que seas libre. Al menos contigo muchos de esos bastardos saben comportarse.

—¿Debo ofenderme o halagarme?

—Tómalo como quieras, chico— Ríe —¿Qué harás al llegar?

—Buscar a Shōto, claro. Quiero verlo a él y a mi hija.

—Se me olvidaba que eras padre. Tienes cara de mocoso, a veces siento que trato con un niño de preparatoria.

—¿Te estás burlando de mí?

—Seh...

Izuku resopla, el guardia ríe.

—Esperemos que no haya tantos periodistas, son molestos.

—Ni lo digas— Suspira.

Tal y como el mayor lo dijo, oficiales de policía marcaban un límite de seguridad porque la multitud quería llegar a él.

—Me siento como el guardaespaldas de una celebridad— Le susurra el guardia con gracia cuando subían a la van.

A través de la ventana del vehículo podía observar que la ciudad había sido reconstruida en gran parte, se veía... Diferente.