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– Muy bien... —murmuró Catra cerrando unos de sus ojos mientras se movía de posición para captar diferentes ángulos—. Me gusta.

La sonrisa de Catra no se hizo esperar al ver a Adora en la posición correcta; sus brazos a un costado de su cabeza llena de pensamientos acerca de la chica que tenía enfrente, su mirada brillosa gacha, la tela cubría su cuerpo, rozándolo al igual que los dedos de Catra.

Catra aún se quedaba estática al ver la belleza de la contraria; era arte.
Sus orbes observaban con atención los movimientos de la rubia.

Los trazos eran sumamente delicados, hechos a medida con mucha finura.

Catra sonrió al ver una parte del resultado; estaba perfecto al igual que su musa.

Nuevamente guió sus orbes hasta Adora, la cual estaba en una posición bastante comprometedora, Catra sonrió ladinamente, Adora era simplemente perfecta, una obra de arte por si misma sin necesidad de encuadres

– Eres arte... —murmuró por lo bajo.

Si Adora se viera con los mismos ojos de la pintora, sería completamente diferente.

Catra la miraba como si fuera la mejor obra de arte de todo París, como si fuera la delicia más exclusiva de todo Estados Unidos, como si fuera la diosa más preciosa de todo el Olimpo.

Si tan solo supiera todo lo que sentía.

Paint me | Catradora Adaptación Donde viven las historias. Descúbrelo ahora