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La mañana llegó y con ello también lo hacía la hora de irse del campamento. Brooke ya terminaba de subir todas las mochilas de los hermanos Rhee, la suya y la de Daisy al maletero de su auto para luego cerrarlo, percatándose de la presencia de Glenn.

Al verse, ambos sonrieron débilmente.

-¿Qué? ¿Vienes a exigir tu oportunidad para conducir mi auto? -preguntó Brooke con cierta diversión en su voz.

-En realidad venía a darte los buenos días, pero si me dejas conducir... -insinuó Glenn, provocando una risa en la chica.

-Buenos días para ti también, y claro. Te doy mi permiso para conducir -y le extendió la llave del auto. El asiático no pudo evitar sonreír con triunfo.

A Brooke se le hacia adorable cómo aquella cosa tan mínima lograba hacerle feliz.

Todos comenzaron a llegar y reunirse alrededor de los autos acomodados en fila. Del campamento ya prácticamente no quedaba nada de lo que alguna vez fue.

A pesar de que fue un hogar que existió poco tiempo para ella, al menos se iba de allí formando parte de un grupo como ese, junto con las hermanas Rhee, que se habían reencontrado con su hermano, y Daisy, que ahora se encontraba justo a su lado, abrazada a ella.

-¡Todos, óiganme! -exclamó Shane una vez que todos ya estaban reunidos.- Los que tengan radio, por favor, pónganla en el canal cuarenta, pero procuren hablar poco, ¿vale? Si tienen algún problema, o no consiguen comunicarse, toquen el claxon. Y nos detendremos. -tomó una pausa- ¿Alguna duda?

-Nosotros... -comenzó Morales.- no vamos.

Aquello sin duda los tomó por sorpresa a todos.

-Tenemos familia en Birmingham -prosiguió la esposa del hombre.- Queremos estar con nuestra gente.

-Se atienen a que nadie les vaya a proteger -contestó Shane.

-Nos arriesgaremos. Es lo mejor para nuestra familia.

-¿Estás seguro? -le preguntó Rick.

-Lo hemos discutido -siguió Morales.- Lo estoy.

-De acuerdo... Shane.

-Sí. -dijo este de inmediato.

Rick se agachó para buscar en su bolso, y luego se reincorporó con un revolver en su mano y la caja de balas que la llevaba Shane, extendiéndoselas a Morales.

TOGETHER IN THE ASHES | glenn rheeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora