Despierto y lo primero que hago es visualizar lo que hay a mi alrededor, cuando logro ubicarme y me doy cuenta de que estoy en casa, en mi cuarto, no puedo evitar la gran sonrisa que se escapa de mis labios, no sin antes recordar las palabras de la mujer llamada Michaela.
—Cuando despiertes todo sera como si nunca te hubieras ido, aun así nunca debes bajar la guardia, sin importar que parezca que nada haya cambiado.— me levanto de la cama y voy directo al cuarto de mis padres, encontrándome con todo intacto pero ellos no están, cosa que me hace fruncir el seño y dudar un poco, pero la duda es reemplazada por emoción en el momento es que escucho unas carcajadas de la planta de abajo proveniente de mis padres, bajo a toda prisa y lo primero que hago es abrazarlos.
—Alguien despertó muy amorosa esta mañana— dice mi padre con una gran sonrisa.
—Buenos días, cariño. Que bueno que despertaste, ya que me muero de hambre y no queríamos desayunar sin ti.—me dice mi madre. Y yo no puedo dejar de sonreír.
—Vuelvo enseguida, no se atrevan a comer sin mi, los amo.— les digo, y subo a asearme un poco ya que antes no me había dado el tiempo. Cuando termino bajo encontrándome ya con la mesa lista y me dispongo a desayunar junto a ellos. Mientras desayunamos miro atenta a mis padres, primero veo a mi padre quien se esta burlando de mi madre por algo que paso cuando estaban de viaje y luego veo a mi madre quien se esta haciendo la indignada y la enojada. Mientras yo no puedo dejar de reír.
—Por reírte de mi dormirás en la sala.— dice mi madre haciéndose la enojada, pero es obvio que lo que quiere es reírse.
—Amor nooo, acepto cualquier castigo menos ese, ¿acaso quieres que muera? sabes que no puedo vivir sin ti.— dice mi padre de manera dramática mientras se levanta de la silla y va directo donde esta mi madre y le da un beso.
—Te voy perdonar esta vez, pero no te acostumbres.— dice mi madre tan seria, que solamente me causa más risa.
—Tengo la esposa mas hermosa y bondadosa del universo.— dice mi padre de la manera mas dramática posible.
Algo que amo de mis padres es esa manera tan pura que tienen de amarse, en mis 19 años que tengo de vida nunca los he visto discutir o estar enojados, sin importar la situación siempre están juntos apoyándose y demostrándose lo mucho que se aman y es algo con lo que yo siempre había soñado para mí. Papá conoció a mamá en la universidad, mientras esta discutía de un tema que el desconocía totalmente y siempre cuenta que desde el primer momento en que la vio quedo cautivado, por su gran melena caoba oscura, sus grandes ojos azules claros, rasgos que definitivamente herede de ella. Pero el siempre hace énfasis que lo que más lo atrapo fue su inteligencia. Y que desde que la conoció lo único que pensaba era en que ella sería su esposa y madre de sus futuros hijos, aunque por motivos de salud solamente lograron tenerme a mí.
Después que terminamos de desayunar, me despedí de mis padres, ya que estos se tenían que ir a trabajar, me dirigí al cuarto y me puse a investigar acerca de ángeles y demonios en mi computador, pero al final no me apareció ninguna información convincente así que solo cerré el portátil y me dispuse a ir a casa de Lola ya que la extrañaba y quería ver a los gemelos.
Al llegar y entrar a casa de Lola lo primero que hago es abrazarla y darle un beso en la mejilla.
—Mi niña, que bonita y reluciente estás, luces diferente.— me dice.
—Gracias nana, aunque yo me veo igual— le respondo.
—Hay algo diferente, lo sé, o tal vez son mis ojos de amor.— me responde sonriente.
—¿Dónde están los gemelos?— le pregunto, y antes de obtener respuesta escucho dos vocecitas que vienen corriendo hacia mi, mientras gritan mi nombre una y otra vez, y se enganchan a mis pies haciéndome sonreír.
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Destellos de eternidad
Fantasy"Agnes Williams, una chica aparentemente común pero que se considera a sí misma algo peculiar, se ve envuelta en una serie de eventos sobrenaturales que hacen que su realidad parezca más que pura fantasía. Este giro de 180 grados en su vida la lleva...