Capitulo 5

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—Puede que todo lo que te acabo de decir suene muy irreal, pero es la verdad y debes confiar en mí.— me dice la mujer.

—No lo entiendo— susurro , mientras bajo la mirada.

— ¿Qué es lo que no entiendes?— me responde, haciendo que la mire directo a los ojos.

—Todo lo que me acabas de decir, no lo creo, ¿por que dicen ustedes que me han mandado a buscar? a mi una simple chica, y tampoco  se que son ustedes exactamente. Porque si es cierto lo que me han dicho esta claro que un simple ser humano no puede hacer todo eso, además necesito ver a mis padres, y así confirmar todo lo que me han dicho por mi misma— le respondo.

—Lo confirmaras muy pronto, pero ahora necesito que mantengas la mente abierta—me responde la mujer. Mientras se acerca a una puerta que antes no había visto, es como si apareciera de la nada, esta abre la puerta y da un paso hacia dentro. —Sígueme— me dice y esto hago, al cruzar el umbral me topo con un cuarto muy grande tan grande que parece que es un lugar externo al castillo. El cuarto luce atemporal bañado en una suave luz blanca que parece emanar de todas partes y ninguna al mismo tiempo. Las paredes, son de un blanco resplandeciente, están adornadas con delicadas filigranas de cristal que dan la impresión de estar vivas, como si estuvieran constantemente cambiando y evolucionando. El suelo, también de un blanco puro, parece casi etéreo, como si caminar sobre él fuera flotar en las nubes. El lugar es tan hermoso e irreal que pestañeo varias veces para así confirmar lo que mis ojos están viendo. El cuarto esta dividido por cristal en varias secciones; pero lo que hace tan irreal el lugar no es como luce, si no las personas, si es que así se les puede llamar a las que aquí se encuentran y lo que les brota en la espalda a algunos de ellos, unas grandes alas blancas que lucen tan reales que me causa escalofríos, ya que lucen como si fueran ángeles...

—¿Es esto de verdad o estoy soñado? Lucen como ángeles...— pienso en voz alta.

—No lucen como ángeles, son ángeles... y no, no estas soñando.— me dice la voz del hombre llamado Zared que se encuentra a mi derecha, con cara de pocos amigos.

— ¿Cómo es esto posible?, ¿Cómo es que yo puedo verlos?— pregunto, ignorando la manera en que me respondió.

—Esa es la gran duda que tenemos; no sabemos la razón por la que estas aquí, ya que aquí solo hay criaturas celestiales, no simples mortales que no sirven para nada, y solo saben causar problemas.— responde de manera tosca.

—Zared, por favor ya no hables— le responde la mujer y este se calla y se va, junto al hombre de tez oscura llamado Nilo. — Disculpalo él es un poco —idiota— completo yo la frase.

—No exactamente, pero entiendo porque lo dices— me responde. En realidad no sabemos porque se nos ordeno buscar a una mortal y traerla aquí, nunca antes había pasado algo así. Creo que por eso Zared esta más enojado el no ve la razón, ya que un simple humano no nos ayuda en  nada, ya que como seres celestiales nosotros nos encargamos de realizar tareas que ningún ser humano podría hacer.— me dice de manera neutra.

—Pero yo tampoco quiero estar aquí; lo único que quiero es estar en casa junto a mis padres. Y tal y como acabas de decir no les soy util a nadie aquí; solo soy una carga. Por esto, lo mejor sería que me manden a casa.— le respondo.

—No te puedes ir a tu casa, no para vivir allá, no por ahora... no hasta que nos den la orden— me dice.

—Básicamente me estas diciendo que  ahora debo estar presa aquí. No se como lo llaman ustedes, pero de donde vengo retener a una persona en contra de su voluntad es secuestro.— le respondo irritada de que me diga que no podre regresar a vivir a mi casa de manera normal.

—Este es el lugar donde cada ser que hay aquí practica sus dones, como puedes ver esta dividido en varias secciones, cada sección destinada para un don diferente.— me dice la mujer, cambiando de tema e ignorando mis quejas. Y yo solamente puedo pensar en regresar a casa.

Seguimos caminado y  puedo visualizar una sección, donde hay destellos de luz dorada danzando alrededor de un círculo de cristal,  es un cuarto muy amplio pero lo que lo separa del resto es sus paredes de vidrio. Hay plantas y otros artefactos que nunca antes había visto; el aire está impregnado con una sensación de calidez y las criaturas que aquí se encuentran que ahora se que son ángeles están manipulando las plantas y haciendo experimentos.  —Aquí es donde practican y se reúnen aquellos dotados con el don de la curación para practicar su arte sanador, aquí canalizan su energía que luego utilizan para aliviar el sufrimiento y restaurar la salud en los seres humano— me explica la mujer. Y así lo hace con cada sección por la que cruzamos, entre las secciones que cruzamos hay una donde corrientes de aire invisibles parecen danzar alrededor de una esfera de cristal suspendida en el aire haciendo que mi cabellos se movieran hacia adelante. Aquí según la explicación de la mujer es donde practican y entrenan los telequinéticos los cuales tienen la habilidad para mover objetos con la mente. El sonido suave de la brisa que los rodea crea una atmósfera de tranquilidad. En una tercera sección, hay destellos de luz azul brillante que iluminan una piscina de agua cristalina, donde según lo que me han explicado los ángeles con el don de controlar el elemento agua practican su arte de manipulación acuática. El suave murmullo del agua crea una sensación de paz y serenidad. Y así cada sección del cuarto está dedicada a un don diferente. Donde los ángeles pueden explorar y desarrollar sus habilidades. En total fueron 7 secciones recorridas cada una destinada a una habilidad diferente.

—No se si recuerdas que fuiste atacada por un monstruo hace días.— me dice la mujer.

—No fui atacada, solo tuve un muy mal sueño.— le respondo restándole importancia.

—Se que piensas que todo fue un sueño, o que también fue parte del espejismo que crearon mis compañeros. Pero no fue así, fue real y estuviste a punto de morir en manos de un demonio.  Por suerte llegamos a tiempo y te salvamos, mas bien Zared lo hizo y luego arreglamos todo, para que parezca que nunca pasó. No es que yo no quiera dejarte ir, pero tenemos ordenes de mantenerte aquí, ya que es muy seguro que otros demonios te busquen porque en el momento en que fuiste elegida para conocer el mundo espiritual siendo humana, y sin saber como cuidarte puede hacer que termines muerta o mucho peor hacer que maten a tus seres queridos, ya que tu esencia ahora es diferente, mas poderosa y por esto es mas llamativa y apetecible para los espíritus inmundos. Te llevare a tu casa, pero debes saber que regresaras aquí, por tu bien quieras o no. Por cierto me llamo Michaela y desde ahora espero que nos llevemos bien, Agnes Williams...

Destellos de eternidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora