Capitulo 4

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Me despierto e inmediatamente cierro los ojos por la intensidad de la luz blanca tan molesta, luego de varios segundos abro mis ojos y al observar el lugar me doy  cuenta que estoy en una especie de cuarto con estilo medieval totalmente blanco, el lugar luce totalmente atemporal.

(Imagen de cómo luce la habitación)

Me levanto de la cama, me doy cuenta de que tengo un camizon blanco y me acuerdo de lo que habia pasado con mis padres la noche anterior y me  dirijo hacia la puerta de la habitacion para así poder salir

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Me levanto de la cama, me doy cuenta de que tengo un camizon blanco y me acuerdo de lo que habia pasado con mis padres la noche anterior y me  dirijo hacia la puerta de la habitacion para así poder salir. Al salir de la habitacion me encuentro con un inmenso pasillo con muchísimas puertas, camino por el pasillo intetando no ser descubierta. Después de unos minutos de caminar por el extenso pasillo llego a un puertón muy grande, al cruzar por el puertón me encuentro con un inmeso jardín de rosas blancas tal y como el que habia visto en mis sueños días anteriores.

El jardín luce atemporal como todo aquello   que he visto aquí hasta ahora, con una neblina muy densa y al intentar encontrar otro lugar solamente puedo visualizar el lugar de donde he salido que es un inmenso castillo de color blanquecino que luce como si el tiempo se hubiera detenido, al ver dicho lugar quedo anonada por la belleza es simplemente mágico.

(Imagen de cómo luce el castillo)

Camino por el jardin intentando buscar una entrada o una salida para asi poder salir pero sin importar lo que haga  siempre termino frente al mismo castillo totalmente estresada por no poder salir

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Camino por el jardin intentando buscar una entrada o una salida para asi poder salir pero sin importar lo que haga  siempre termino frente al mismo castillo totalmente estresada por no poder salir. —Ya despertaste, bella durmiente— Escucho una voz que habla de manera sarcastica a mi espalda, lo que hace que me espanté. Al voltear me encuentro con el hombre que estaba en mi cuarto, el que me ataco  e intento matarme. recordando lo que paso la noche anterior doy un paso hacia atrás y quedo petrificada por el miedo, acción que este nota.

—No te hare daño, puedes estar tranquila.— me dice. Y juro por Dios que estar tranquila no es una opcion para mi en estos momentos y menos al frente de una persona tan despreciable.

—¿Qué es lo que quieres? le digo encontrando la voz que creía pérdida, porque si lo que querías era asesinarme creo que tuviste tiempo suficiente para hacerlo. Este al escucharme no dice nada.

Destellos de eternidad Donde viven las historias. Descúbrelo ahora