Y... como les fue? - Preguntó desde la cocina, con algunos platos recien lavados en manos.Eehh.. No mucho. - Respondió Gladion, tembloroso. Hace solo dos horas habia venido su madre a buscarlos de la casa de la Sra. Elína, y apenas ahora le preguntaba sobre su "Expedición".
No mucho? Seguro? Parecian bastante... Nose, alegres o... asombrados. Nose, los sentia exaltados. Pero no de manera.. negativa? - Dijó, dudando. Tomó unos platos que quedaron en el lavabo y los colocó en el mesón de la cocina y empezó abrir los cajones de la cocina, buscando algo entre estos.
Pues si. Ninguno de nosotros habia visto el campo, y fue bastante bonito. - Se sincero, sonriente. Gladion se levantó del sofa en el que estaba y caminó hasta el pasillo de la cocina y entró en esta.
Que buscas? - Preguntó. Su madre estaba agachada, frente a unos cajones de color café madera. Metia su mano y buscaba entre las cosas de los cajones algo, con molestia. Escuchó un estruendo salir de un cajon; un vaso de vidrio que cayó al suelo luego de Lierifh sacar su mano del cajon.
Su madre soltó un quejido y tomó su mano. Gladion se acercó rapidamente a ella. - Estas bien? No te cortaste?.
E-eeh.. Creo que si.. Pero es algo pequeño. Ahg!.. Pasame unos pañuelos y una curita, por favor. Estan en una caja del mesón. - Dijó, levantandose lentamente del suelo. Gladion encuentra una caja de color rojo oscuro, la toma y al abrirla y ver las cosas que su madre pidió, la llevo hasta la isla que rodeaba la cocina y la colocó sobre esta. Acercó una silla alta hasta la isla y llevó a su madre hacia la silla.
Gracias, Glay. Pasamé la caja, por favor. - Le pidió, mientras se sentaba en la silla. Gladion acercó la caja a ella y la abrió. Su madre saco unos pañuelos y comenzó a pasarlos por su pequeña herida, que habia parado de sangrar. Tomó una curita y se la colocó en la cortada.
Segura que no te duele mucho o?.. - Gladion iba guardando las cosas que su madre utilizaba, sin quitar su mirada, preocupada, de su madre. Esta sonrió y le mostró su brazo en la parte que se habia cortado, ya vendado.
No, tranquilo. Solo fue de momento. - Dijó mientras se levantaba de la silla y caminaba hacia las escaleras del segundo piso. - Puedes guardarlas cosas, por favor? Tengo que salir con tu hermana. Dijó mientras subia las escaleras.
Si, ma. Pero que van hacer? - Preguntó mientras guardaba la caja en su lugar y buscaba la escoba para quitar los vidrios rotos. - Le prometí a tu hermana que saldria con ella hoy mientras hacia las compras del trabajo. - Bajó unos escalones y se asomó, buscando a Gladion con la mirada. - Perdón, pero.. puedes quedarte hoy en casa? Hoy deje a Zuri libre. - Gladion caminó hasta la sala principal y miró a su madre y asintió. - Claro. No te preocupes por eso.
Bien. Buscó a tu hermana y salimos. - Sonrió, tranquila y volvió a subir las escaleras. Gladion volvió a la cocina y suspiro, mientras buscaba la escoba en la cocina. - Bien.. ahora arreglaré esto.. - Dijó para si mismo.
Unos minutos despúes, con la cocina limpia y arreglada, se dirigió a la sala y se recostó sobre uno de los Sofas de dos. Suspiró y se acomodó. En un momento, creyó haber oido un grito, pero parecia un éco vacio, sin procedencia. Pero luego oyó un grito de dolor resonar en su oido. Un gritó fuerte y raspado, que, apesar de no poder verlo, sentia ese dolor. Se sentó en el sofa con brusqueda, y con la respiración algo agitada y las manos temblando, miró a su alrededor. Nada ni Nadie.
Suspiró, exhausto, y se volvió a recostar. Puso su mano en su pecho para intentar calmar su respiración. Al rato, escuchó unos pasos bajar las escaleras y se volvió a sentar en el sofa. Miró hacia las escaleras y oyó una voz, tarareando.
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☾︎ ᪥ • 𝑬𝒏𝒕𝒓𝒆 𝑫𝒆𝒎𝒐𝒏𝒊𝒐𝒔 𝒚 𝒎𝒖𝒕𝒂𝒏𝒕𝒆𝒔. • ᪥ ☽︎
RandomCada año. Cada Octubre, y cada noche. Un joven e inteligente Niño a de tener algún tipo de sueños con criaturas y lugares Fantasiosos, que solo el lograba sentir reales o incluso predecibles, de cierto modo. Pero esos sueños, talvez sean más rea...