Mi Reina 👑 🧁

El amor NO lo puede todo. P.2

Vamos que nos vamoooooos.
Esto avanza damas y caballeros. Esto va cogiendo forma, vamos rodando la bolita de nieve ❄️ ❄️

______________ 𝓜𝓪𝓻𝓽𝓪 𝔂 𝓕𝓲𝓷𝓪_______________

Eran cerca de las 3 de la mañana pero Marta estaba tumbada en el suelo con la espalda recostada contra la cama y sujetando con manos temblorosas un frágil vaso que contenía dentro un licor dorado el cual había estado bebiendo sin demasiado control durante un buen rato tratando de olvidar las imágenes que acontecían en su cabeza... Por mucho que lo intentaba olvidar, las palabras de despedida de fina volvían una y otra vez a su cabeza y una angustia le sobrecogía el pecho dándole ganas de gritar llorar y de romper el vaso que tenía en sus manos.
Esa vez no se contuvo y arrojó con fuerza el pequeño vaso contra la pared, que se hizo añicos al contacto contra el material robusto de las paredes...
Ahogó un grito desesperada tapándose la boca con las manos y trató torpemente de ponerse en pie con las piernas temblando, se sentía mareada y una arcada le vino de improvisto. Corrió al baño para vomitar el alcohol que llevaba bebiendo durante las últimas dos horas y media. Agachada junto al váter sostenía su cabello en alto mientras se lamentaba por su falta de control.

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Se miró al espejo; tenía la cara pálida y hundida en la zona de los pómulos, los ojos, antes brillantes estaban ahora apagados, hinchados y enrojecidos de tanto llorar, el maquillaje con el que adornaba sus preciosos ojos se había deslizado suavemente por toda su cara dejando finos churretones que le daban un aspecto aún más demacrado...

Marta de la Reina se apartó de su demacrado y desaliñado reflejo, se lavó la cara y la boca y se sentó de nuevo en la cama donde había compartido con Fina su primer encuentro sexual con una mujer.
Se acordaba perfectamente de cada instante con ella, cada toque, cada gemido.
Había sido una experiencia maravillosa, mil veces mejor que cualquier encuentro que hubiera podido tener con Jaime en varios años de matrimonio.
Fina le había enseñado a disfrutar de verdad de su cuerpo, había pasado muchos años enterrada en vida, creyendo que sabía amar, creyendo que sabia disfrutar, que sabía vivir, pero estaba equivocada. Sólo Fina había podido enseñarle a querer, a amar, a sentir...

Las imágenes azotaban su mente con violencia como un torbellino, se dejó caer sobre la cama, mirando al techo recordando aquella primera noche mágica que ahora le parecía tan lejana.

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Estaba tumbada boca arriba en la cama del hotel a oscuras, semi-desnuda, con la falda tirada por el suelo, cubierta solo por unas bragas y un sujetador lencero desabrochado, sobre su cuerpo estaba Fina, totalmente desnuda besando su cuello y su abdomen. La mayor se había inclinado un poco para terminar de deshacerse de la parte de arriba de su lencería plateada, dejando al descubierto su pecho. A Fina le brillaban los ojos mirando fijamente la figura de la mujer rubia que estaba tumbada bajo ella.

F: Eres preciosa, Marta, preciosa. Eres simplemente una diosa.

Los besos de Fina fueron trazando un ansioso camino por el cuerpo de Marta, desde su cuello hasta su ombligo, pasando por su pecho y sus labios.
Marta abrazó a Fina y tiró de ella para pegar sus cuerpos.
Una mano delicada trazó un camino por la espalda erizada de Fina hasta sus caderas, Marta mira fijamente a su novia mientras ella besaba su pecho.

Otra mano, esta vez de Fina, se deslizó por las costillas de Marta bajando lentamente su ropa interior, la rubia se estremeció por el toque, instando a Fina a seguir desnudando a su novia..
Contempló a la mujer desnuda sobre la cama. Era la mujer más bella que había visto nunca, su piel nacarada estaba iluminada por la tenue luz de la luna y el pelo alborotado sobre los cojines, despeinada, salvaje...

F: Así eres aún más bella de lo que jamás hubiera imaginado

M: No seas exagerada

De la Reina se incorporó

M: Mi chica... mi amor.

Fin volvió a moverse para colocarse sentada detrás de Marta, abrazándola por la espalda. La burguesa dejó caer el peso de su cuerpo hacia atrás sobre el pecho de Fina y se recostó disfrutando de los besos en el cuello que le daba la morena, cerró los ojos con fuerza al sentir la mano de Fina bajar por su vientre, hasta su sexo, abrió la boca dejando escapar un profundo gemido cuando ella comenzó a mover sus dedos dentro de ella. Fina embobada miraba como Marta se retorcía en sus brazos cada vez que ella movía sus dedos entre sus labios, húmedos. Marta arqueaba la espalda con el toque de Fina que se había acelerado al ritmo de su respiración, agitada. Marta parecía querer decir algo pero no era capaz en ese torbellino de placer y agitación.

Fina, divertida le susurraba al oído, "mi amor" "mi reina" "Doña Marta" quería hacerla llegar al borde del abismo de la locura y sabía lo mucho que le ponía a la De la Reina que la tratase de "doña" aunque en ese momento, 'doña Marta' parecía incapaz de controlar sus impulsos.
Gemía, gritaba, jadeaba, temblaba y se agarraba con fuerza a Fina, que estaba pegada a ella.
En una sacudida de su cuerpo, un profundo orgasmo atravesó a Marta, quien no tenía ninguna intención de controlar sus gritos, era una suerte que su planta del hotel estuviera casi vacía esa noche.
Fina se dejó caer hacia un lado de la cama, arrastrando el cuerpo de Marta con el suyo, los jadeos de Marta fueron bajando de intensidad según su cuerpo dejaba de temblar.
Miraba fijamente a Fina, tumbada a su lado sonriente, radiante.
Una vez recuperado el aliento se recostó sobre su brazo para acercarse a Fina.

M: Fina... ha sido... Nunca me había sentido así... Nunca había sentido tanto.

F: ¿Nunca?

M: Con mi marido todo es diferente, no es un momento para mí, es un momento para él, simplemente....yo cumplo como su esposa. Ya sabes, cosas del matrimonio.

Fina acarició el rostro de la mujer ante ella.

F: Conmigo eso no va a ser así, mientras estés conmigo te juro que voy a hacer especial cada encuentro, cada momento, cada noche, te haré disfrutar y te enseñaré a hacerme disfrutar a mi también.

Marta sonrió, de lo único de lo que arrepentía era de haber desperdiciado tanto tiempo, especialmente sus 20's, su juventud, su tiempo... Sentía algo de envidia por Fina, le hubiera gustado poder descubrir su identidad mucho antes, como había hecho ella, que iba a cumplir 27 años y llevaba prácticamente donde los 20 sabiendo qué era lo que quería.
Marta seguía siendo una mujer relativamente joven y le daba la sensación de que la cercanía de Fina la hacía rejuvenecer.
A sus 35 años se daba cuenta de la cantidad de cosas que se había perdido por querer mantener una imagen tan soberbia de sí misma.

Sin embargo; ¿Qué remedio había tenido?
Había pasado muchos años atada a una losa de la que acababa de librarse unos días antes, cuando se había atrevido a arriesgar todo por un futuro incierto

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Las lágrimas rodaban por la cara de Marta mientras trataba de ahogar sus propios sollozos con fuerza, el mareo se había desvanecido pero la pena volvía a azotar su cabeza. El alcohol estaba haciendo efecto y le entraba sueño, pero se sentía incapaz de dormir, no así. Además no podría volver a casa en ese estado. Se encogió en un rincón de la cama sollozando hasta quedarse dormida.

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Esto va tomando forma, mis queridas safis, si os va gustando no os olvidéis de dejar una estrellita y un comentario