1999
—Las nacionales se acercan, deberás entrenar más. Así que mañana vuelves a Estados Unidos. —La repentina noticia que me había dicho mi entrenador me sorprendian. Apenas iba a ir al entrenamiento de la competencia de Gagnam.
—¿Y la de Gagnam?
—Se han pospuesto hasta nuevo aviso, es hora de que cumplas tu sueño —.Más que una motivación, lo senti como una amenaza.
Mi cuerpo se entumecio y colgué la llamada volviendo a ocultarme entre mis sabanas.
Horas.
Y más horas pasaron.
Mi mano seguía apretando mi teléfono esperando a que vibrara en señal de Yijin. Pero no hubo nada.
Las nacionales, la falta de atención de Yijin, todo esto en mi cumpleaños.
De quien si recibí mensaje fue de Thomas, preguntándome si quería salir con el para desestresarme un poco, amable rechace la invitación diciendo que tenia entrenamiento, y volví a quedarme dormida.
Este sueño era diferente.
Yijin se burlaba de mi mientras mis pies se hundían en la pista de patinaje. Trataba de gritar pidiendo ayuda, pero el dandome la espalda se fue.
Desperté agitada por las manos frías de mi madre.
—¿Pesadilla? —.Era obvio que ya sabia.
—Si... ¿Qué haces aquí?—.Sorprendida trate de acomodarme en la cama, pero ella me presiono para que continuara descansando.
—Se que iras a las nacionales, quería ir a apoyarte y festejar allá tu cumpleaños—Parecia un sueño hecho realidad.
—Le diré en seguida al entrenador para que compre otro boleto —.Con una sonrisa busque mi teléfono y llame a mi entrenador.
Unas horas después, mamá dormia recargada en mi hombro mientras yo veía por la ventana, una alegría sentía en mi corazón. Aunque algo de terror al pensar en Yijin, el miedo de que algo le haya pasado me agobiaba.
Yijin
—¿¡Cómo carajos borraste la grabación!? —.Mientras mi compañero se aferraba a su portafolios solo podía querer golpearlo.
Habíamos terminado el reporte apenas ayer, hoy habíamos estado editando algunas partes. Pero el idiota borro el repuesto y la grabación entera.
Con un suspiro trate de calmarme mientras intentaba pensar en una posible solución.
Pero no podia, pronto seria el cumpleaños de Sun-Hee, si no llegaba a tiempo, no me perdonaría. Pero tendría que sacrificarlo.
—Vas a ir a hacer el reporte de nuevo, y yo lo editaré —.Poniéndose de pie asintió y se fue corriendo para contactar a las futbolistas.
Agarre mi teléfono y llame a Sun-Hee. Pero me mando a buzón, oyendo su voz de nuevo.
"¡Hola! Por el momento estoy ocupada, deja tu mensaje después del Pip. Prometo escucharlo más tarde"
Una sensación de calidez senti en mi corazón al escuchar su voz. Aun cuando era una grabación.
—Sun-Hee, perdóname por no haberte llamado. Mi compañero borro el reporte y el repuesto, prometo llegar lo más pronto posible, te amo —.Colgue el mensaje y guarde de nuevo mi teléfono, aunque no pude evitar llamar de nuevo para escuchar su voz.
2022
—Se oían como una bonita pareja —.Murmure con algo de tristeza mirando por la ventana.
—Lo eramos, si —.Sin tantas ganas volteé a ver a mi madre, quien con algo de resentimiento apretaba un llavero, igual al que me había contado.
—Supongo que las nacionales fueron buenas —.Dije tratando de alegrar su rostro enseñandole la medalla que había encontrado en la caja.
—Fue un infierno —.Tomo la medalla y la observo. Algo malo había ocurrido en las nacionales.
1999
—¡Lo siento Sung-Min! ¡Lo siento tanto! —.Entre lagrimas me acerque a ver a Sung-Min que había salido lastimada por mi patin.
Su parpado derecho sangraba, el pánico crecía en mi corazón mientras los enfermeros se la llevaban.
Todo estaba saliendo bien, había recibido el mensaje de voz de Yijin, uno que me alegro tanto, mamá había venido para apoyarme, y gracias a dios no se difundió la imagen de Thomas y yo, todo iba tan bien.
Pero antes de dar mi espectáculo, mis patines estaban algo flojos, un mal movimiento y mi patin salio volando a la cara de Sung-Min.
Busque con mi mirada a mi madre para ir con ella, pero al verla me partio el corazón.
—La grotesca escena de esta noche no tiene comparación. Esta podría ser la última competencia de la admirable patinadora Sung-Min. ¿Se podría confiar en alguien como Sun-Hee que no tiene control ni en sus propios patines? —.Con seriedad reportaba el suceso tan fuerte que hasta yo podía escucharlo.
Alejandome de Sung-Min mis ojos se llenaron de lagrimas, llamando la atención de la prensa entera.
Sin un patin me eche a correr con dificultad a los baños llorando a mares, las patinadoras me veían con miedo, enojo, asco. No había tenido esa sensación desde pequeña, la primera vez que falle en una competencia e hice un berrinche frente a todos.
Encerrandome en un cubículo empece a llorar hundiendo mi cabeza en mis rodillas, saque mi teléfono de mi bolso que había agarrado antes de echarme a correr, y llame a Yijin.
Pero como siempre, me mandaba a buzón. En una frustración aventé mi teléfono contra la puerta, rompiendolo y dejándome hundir queriendo romper más cosas.
La prensa no había tardado en llegar, incluso hombres habían entrado al baño de mujeres golpeando la puerta del cubículo donde estaba, solo pude taparme los oídos y seguir llorando esperando a que se fueran.
Mamá solo había venido conmigo para seguir a fondo algún chisme interesante. ¿Por que carajos hubiera querido venir conmigo?
Los golpes cesaron y sali, al ver que no había nadie corri y me adentre en mi coche.
El entrenador me encontró después de unas horas llevándome en su jet privado para Corea de nuevo. El silencio era obvio, estaba enojado, pero era humano.
No pude dormir tanto, la angustia y el dolor de cabeza me estaban afectando, en cuanto llegue me fui y tome el primer taxi.
Las noticias aun no tardaban en llegar, y el miedo de que todos en el pueblo me vieran con odio me daba miedo, Hee-ran y Yeon-Jin, Areum y Sun Bae... Yijin.
Al bajarme abrí la puerta de mi casa y corri a mi cuarto, empezando a llorar y tratando de volver a dormirme, tratando de pensar que todo era una pesadilla.
El dolor en mi pecho seguía, empecé a hiperventilar y a sentir mi cuerpo temblar, trate de pensar en algo que me distrajera. El cielo, el sol, el amanecer. Pero nada
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You Are My Starlight
FanficLa crisis FMI afecto a toda Corea del Sur, incluso a las empresas y familias más ricas. Baek Yijin Tampoco fue la excepción, por ello ahora trabaja en un pueblo como repartidor de periódicos. Sin embargo, ahí conocera a la joven Sun-Hee que quiere v...