Capitulo 14

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1999

Yijin no había vuelto a llamarme...

Esto me estaba matando, y aun más cuando Yeon-Jin y Hee-ran no contestaron mis g-mails desde hacia días.

Mis mejores amigas se habían ido, y todo porque no las valore bien.

Mamá tampoco había vuelto, suponía que se había largado después de la traicion que me hizo.

Los días pasaban con lentitud, además que las personas en el pueblo me veían como a un bicho.

Mientras caminaba pateando una roca, pase por mi antigua escuela, Tae Yang.

Era hora de la entrada, pero aquellas risas yo las podía identificar, Hee-ran y Yeon-Jin.

Me detuve para verlas, algo ilusionada para ver si podía saludarlas. Pero al ver a la tercera sombra entre ellas me quede pasmada.

Las tres platicaban y reían entrando a la escuela, me habían remplazado...

Al entrar, la única que si volteo a verme fue Yeon-Jin, quien con una mirada algo calida alzo la mano en forma de saludo, y entro.

Me quede con la mano casi al estirar, suspiré y segui en mi camino para ir a comprar al supermercado.

Al tomar el tren, varias personas me veían, las noticias en un pueblo pequeño siempre llegaban como pan caliente, y no se iban hasta que llegue otro chisme.

Repeti la lista de compras mentalmente para no confundirme en el supermercado.

Más tarde, regresaba con las compras en las manos mientras trataba de cruzar la zanja, aunque al ver unos brazos abriéndola por mi me asuste, causando una risa de Sun Bae.

—¿Quieres que te ayude con eso? —Con una sonrisa cálida estiro las manos para que le diera las compras, y no dude en dárselas, aunque note que tenia también una bolsa.

—¿También fuiste al supermercado? —Pregunte abriendo la puerta y dejandolo pasar.

—Oh, no, mi madre hizo Kimchi y me obligo a venir a dárte un poco, además que quería verte —Sonrei levemente ante ello, la madre de Sun Bae siempre había sido como una madre para mi.

Yijin

Sentía como mi espalda me mataba lentamente, el dolor de cabeza y la cafeína en mi sistema ya me estaba afectando como nunca antes.

Con un suspiro frote mis ojos y vi mi teléfono tratando de que la luz de la computadora dejara de molestar, aunque sentí más cansancio al recordar que no le mande un mensaje a Sun-Hee por su cumpleaños.

Ella tampoco me había hablado, me hacia sentir como si fuera un mal novio.

Mis demás compañeros seguían con sus reportajes, y aproveche para tomar mi teléfono y salir a llamar a Sun-Hee.

Ansioso por escuchar su voz jugaba tronando mis dedos, hasta que la escuche.

—¿Bueno? —.Un suspiro de alivio salio de mis labios al no escucharle enojada.

—Hola, Sun-Hee ¿Cómo estas? —Pregunte algo nervioso por su repuesta al escuchar silencio del otro lado.

—Bien —Una respuesta tan sencilla y tan seca.

—Perdoname por no haber podido ir a tu cumpleaños, sabes que lo que más quería era estar a tu lado

—Esta bien, se que estas ocupado —Al intentar querer decir algo, el grito de mi jefe llamándome me detuvo. —Te dejo para que trabajes, te quiero. —Y sin más, colgó la llamada.

You Are My StarlightDonde viven las historias. Descúbrelo ahora