Más Allá del Juego | Finnick Odair

22. Invitación

—Buen día a todos —salude con educación.

Había llegado el día tan esperado por el Capitolio, el día en el que se daba comienzo a los Septuagésimos Juegos del Hambre.

Cashmere, Gloss, Enobaria y Brutus saludaron mientras me unía a ellos. Finnick parecía ausente, pensando y repasando cosas en su mente, seguramente nervioso, pero tratando de ocultarlo con esa sonrisa tan falsa que solo yo podía reconocer.

—¿Tuvimos una buena alianza este año? —pregunte mientras me sentaba en la silla giratoria de cuero.

Había una gran mesa de conferencia, dividida solamente por las pantallas donde se mostraban la condición medica de cada tributo y por otras donde nos mostraban a cada uno de los tributos que tenían una alianza.

—Algo así, tu chica no accedió a hacer una alianza con nosotros —Cashmere bebió de su café con cuidado de no arruinar su maquillaje.

Asentí, no tenía idea de si Marcia había hecho otra alianza o si en realidad prefería quedarse sola durante todos los Juegos.

Quería salir de mi duda, pero no era el momento ni el lugar para hablar con Finnick sobre nuestros tributos, no cuando cuatro pares de ojos no nos quitaban la vista de encima.

—¿Un café, Enobaria? Te ves estresada, relájate un poco y esconde esos dientes de tiburón, ¿quieres? —Finnick bromeo ofreciéndole una taza de café exactamente igual a la de Cashmere.

Ella le respondió con un gruñido de advertencia.

Finnick revoleó sus ojos y se apresuro a tomar de la taza de café.

No se había sentado en ningún momento, mantenía su cadera apoyada en la reluciente mesa de cristal que nos rodeaba, bebiendo de a sorbos su café y evitando cualquier tipo de contacto visual conmigo.

Los Juegos aun no empezaban, teníamos unos pocos minutos para arreglar como sería el tema de los patrocinios: si sería conveniente para toda la alianza o se limitaría a ser algo individual.

Al final se decidió que los tributos disfrutarían de sus obsequios de manera individual fuese lo que fuese, dando así paso al cierre de los acuerdos de alianzas.

Finnick y yo caminamos rápidamente a esa pequeña oficina donde teníamos todo nuestro material para ver los Juegos y controlar los patrocinios. Esta vez había dos sillas que no se veían demasiado cómodas frente a un panel de control con innumerables pantallas.

La primera hilera mostraba el estado físico de los tributos, la otra los regalos que estarían disponibles en cuanto el gong se escuchara y luego solo quedaban dos hileras, una especialmente para Marcia y la otra para Kaden.

—¿Qué hará Marcia? —pregunte una vez me acomode bien en la silla y presionaba una pantalla para que un avox trajera una copa de brandy.

—Hizo alianza con los chicos de Haymitch —eso me sacó una risita.

¿Qué estaría pasando por la cabeza de Marcia al querer hacerse aliada de los tributos del 12?

Un avox interrumpió mis pensamientos, trayendo una copa de brandy y dejando una botella entera a mi alcance.

Sonreí agradecida y le indiqué que ya podía irse.

—¿No es un poco temprano para la bebida? —preguntó con un deje de reprobación.

—¿No tienes clientes con los que puedas pasar un rato y dejarme sola? —mi tono de voz era tajante.

Odiaba responderle así, pero últimamente había estado de un humor tan asqueroso que ni yo misma me reconocía.