Gracias por leer mi historia. Disfruten! Y recuerden compartir con sus amigos y apretar el boton de la estrella porque me ayuda mucho. att MelIsabella.
Había caminado varias de esas cuadras de campo largas, hacía calor pero estaba contenta, el lugar era refrescante, la calle era rara, pensaría que en un lugar así habría calles de tierra y piedras pero en su lugar había arena, mis zapatillas solo me daban más calor por lo que decidí sacarmelas y llevarlas en la mano.
-Así está mejor.
Pude sentir la arena tibia bajo mis pies, pensé que estaría muy caliente, pero no, había muchos árboles al costado del camino que proveían sombra.
Ese lugar había cambiado mucho durante los últimos 15 años. Si bien había nacido en éste pueblo solo había vuelto para el funeral de mi madre hacía 8 años. Me sentía muy culpable por haber dejado a mi familia atrás para irme con mi padre y perseguir mis sueños. Pero no me arrepentía, hoy era una gran artista plástica y estaba enseñando en la misma escuela en la que enseñó papá, él estaba muy orgulloso de mi. Había sido idea de él de ir en las vacaciones de visita a la antigua casa, ver a sus nietos, él había vuelto muchas veces más, nunca se perdía el nacimiento de un nieto, estuvo presente para su familia, pero yo estaba muy ocupada forjando mi carrera y dejé de lado a la familia, no es que no los amara, pero me concentré en lo que para mi era más importante; pero ahora estaba ahí, y quería pasar tiempo con mis sobrinos, mimarlos y divertirnos.
Ya hacía mucho que estaba caminando, tal vez mi cuñado me estaba jugando una broma, no veía una gasolinera, ¿Porqué me habían mandado a mi a comprar gasolina?? Visualice una construcción que solo podía describir como una caja cuadrada de material, afuera había una bomba y por suerte al acercarme más vi el cartel que decía "gasolinera".
-Espero que también vendan agua, o algo frío.
Me acerqué a la puerta pero no entré.
-¿Hola? ¿Hay alguien atendiendo?.
Se escuchaban risas dentro y luego un bufido, se ve que estaban jugando un vídeo juego y los había interrumpido, lo sabía por los sonidos de disparos y música característica de Battlefield un juego de guerra. En el marco de la puerta se apoyó un joven, no tendría más de 22 años, alto, muy alto, de pelo rubio (estaba algo sucio) era muy largo hasta sus hombros, también tenía una barba poco crecida del mismo tono algo rojiza, la piel tostada, llevaba ropa de trabajo bastante llena de grasa, tenía una musculosa, un poco rota, que dejaba ver sus brazos bien marcados. Ni siquiera levantó la mirada para verme, solo hacía que se limpiaba las manos con un trapo más sucio que sus ropas.
-Si, ¿Qué quiere?.
Hice una mueca, pensando que era muy descortés para ser alguien de un pueblo chico, pero como mi padre me había enseñado, el descortés nunca va a aprender a ser cortés si no lo tratamos con cortesía, y al malhumorado no se le va a ir el ceño fruncido si nosotros lo miramos de la misma forma. Así que hice mi mejor esfuerzo para ser cortés y sonreír amablemente.
-Buenos días caballero, me enviaron a comprar gasolina pero no estoy muy segura de cuál...
Él levantó su mirada y tenía unos muy lindos ojos verdes, que se abrieron de par en par al verme. Cierto en ese pueblo no había muchas chicas llenas de tatuajes y con el pelo de colores raros...bueno ninguna.
León.
Cuando la ví me quedé paralizado, nunca había visto a una mujer como ella en el pueblo, si había visto tele, revistas y el internet, pero en el pueblo eran todas muy sosas, aburridas y ya las conocía a todas, ella era un respiro de aire fresco, llevaba un vestido corto color verde agua hasta arriba de las rodillas, sus zapatillas blancas en la mano, un bolso cruzado en el torso que le hacía marcar sus lindos y bien redondos pechos, era rellenita, caderona, de piernas gruesas, era muy blanca, definitivamente se iba a quemar con el sol de San Antonio, pero tenía tantos tatuajes y colores en la piel, quería verlos bien a todos pero no quería mirarla tan fijo, su pelo era corto, con rulos descontrolados, y era color rosa, su cara era redonda con pómulos altos, sus ojos eran grandes y de un color marrón chocolate, su boca era carnosa y estaba formando una mueca de disgusto...una mueca!
ESTÁS LEYENDO
Isabella, nuestro primer amor.
RomanceEl primer amor nunca se olvida dicen, puede que sea así, o tal vez no, pero para dos hermanos, así era, ninguno había podido olvidar a la primera chica que amaron. El mayor sufrió con la partida de ella, habían compartido mucho en su niñez, y el flo...