Veinticuatro

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Dicho y hecho, Iván consiguió un anillo. Y no, no era de esos de oro con joyas, pero era igual de importante y valioso.

Al pequeño lo habían invitado a una fiesta de cumpleaños de un primo lejano, tuvo que estar fuera de casa por dos días; eso segnificiaba no ver a Rodrigo, y le dolía muchísimo.

Pero bueno, el caso es que cuando tiraron la piñata, agarro un anillo de plástico, naranjo, que tenía una estrella, era perfecto.

Al llegar a su casa, bastante cansado, ya que eran las doce de la noche, no podia esperar a ver a Rodrigo

— Ma, ¿Puedo ir a ver a Rodrigo? Tengo que darle algo.

— Mi amor, Rodri debe estar durmiendo, es demasiado tarde.

Suspiró, cruzándose de brazos, él quería ver a Rodrigo ahora.

— Mañana lo podes ir a ver, tengo que volver a trabajar.

Una sonrisa se iluminó en su rostro, aunque no le gustaba estar sin su madre, ver a Rodrigo era lo mejor del mundo.

Fue directo a su habitación, acostándose, ya que sabía que así el tiempo pasaría más rápido y vería al castaño antes.

A la mañana siguiente no puedo ni esperar dos minutos, ya estaba vestido, con un pantalon negro, polera blanca, y por último, un buzo negro con cierre.

Iván nunca se vestía así, pero supo que así se veía como en las películas, con traje.

Aunque obvio era mucho menos informal, ya que se puso unas zapatillas de Cars.

No era tan temprano, asi que después de agarrar un paquete de galletitas, y poner el anillo naranja en su bolsillo, fue caminando lentamente hacia la casa de Rodrigo.

Estuvo un buen rato sin tocar la puerta, le daba verguenza, pero finalmente lo hizo, ya que se le estaban cansado las piernas de tanto estar parado.

— Hola Iván, ¿Que pasó?
¿Tu madre ya se fue?

Eh, si, vengo a ver a Rodri, mi mamá se fue en la mañana.

— ¿Y ya comiste?

— Si, unas galletitas.

Iván seguía con el paquete de galletas, todavía le quedaban algunas.

La madre fue a llamar a Rodrigo, el cual estaba desayunando, porque llegó con una leche en caja de chocolate en sus manos.

Al ver a Iván automáticamente se sonrojó un poco, todavía estaba en pijama.

— Rodrigo, ¿No te dije que fueras a cambiarte?

Le dijo su madre, Iván se rió levemente. Después de unos cinco minutos Rodrigo apareció vestido.

Entraron a su casa, yendo a la habitación del castaño, pero está vez estaban más callados, y no sabían muy bien por qué.

— Sentate si querés.

Le dijo Rodrigo, al ver a Iván parado, comiendo la última galleta que le quedaba.

— Es que te tengo que pedir algo.

— ¿Que cosa?

Rodrigo estaba confundido, no recordaba que Iván le haya dicho algo. Bueno, si, lo del anillo, pero pensaba que eso pasaría en muchos años más.

Iván se arrodillo igual como cuando le pidió a Rodrigo ser su novio, pero con mucha mas vergüenza, y saco el anillo de su bolsillo.

Parecía como en las películas, era demasiado parecido, pensó Rodrigo, el cual quería gritar de la emoción.

Persiana Americana ! RodriVan (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora