Treinta

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Estaban en el colegio, todos estaban en recreo, pero Rodrigo convenció a la profesora para que le dejara estar en el aula, poniendo como excusa que estudiaría.

— P-pará Ivi, nos pueden ver.

Le dijo Rodrigo, el cual tenía su remera levemente subida, dejando su abdomen descubierto, dónde Iván dejaba besos.

Pero a Iván solo lo calentó más que Rodrigo dijera su nombre, o que le pidiera que parara. Claro estaba que no haría nada sin su consentimiento, pero si le estaba rogando era difícil contenerse.

— No va a venir nadie si no haces tanto ruido, amor.

Y Rodrigo suspiró, no sabía si era por el apodo cariñoso que le pusó Iván, o por el ambiente, quizás también porque Iván estaba sobre el, ahora mirándolo. Él estaba acostado en el piso, al final de todo el aula, por si acaso.

Se besaron, Iván subió un poco más la remera de colegio que tenía Rodrigo, desesperado por tocar su piel suave, suspiraron de nuevo, se sentian ahogados ante el ambiente caluroso.

Todas las veces que se veían se sentía demasiado calor, y se besaban con brusquedad, tratando de calmar sus hormonas.

Iván bajó sus besos hasta la mandíbula de Rodrigo, luego a su cuello, tirando levemente la piel del castaño con sus dientes, dejando una marca notoria.

Rodrigo enredó sus brazos en los hombros de Iván, buscando cercania, mientras mantenía los ojos cerrados.

— Ivi, me duele la espalda.

Le susurró, estar en el suelo no era muy comodo, Iván asintió, y se sentó, apoyado en la pared, Rodrigo se sentó sobre él. Automáticamente el pelinegro puteó en su mente, sentía la tela de su pantalón demasiado delgada, el cuerpo de Rodrigo estaba desesperandolo mucho.

— Dame un beso...

Le pidió el castaño, e Iván se sintió fallecer, obedeciendo rápidamente, mientras bajaba sus manos distraídamente por las caderas de Rodrigo, hasta que escuchó un ruido.

Era de su alarma, despertó acalorado, se frotó los ojos y se enojó al saber que solo era un sueño. Bufó y antes de pararse de la cama, tuvo ayudarse con su mano un rato para calmar sus hormonas.

Se vistió rápidamente, poniéndose el uniforme, su pantalón le quedaba un poco ancho, quería mandarlo a arreglar, pero a Rodrigo le gustaba, así que no hizo nada, mientras que a su novio le gustara estaba todo bien.

Se hizo una tostada con jamón, obviamente antes se lavó los dientes, se peinó un poco el pelo, no le gustaba peinarse, pero sabía que cuando Rodrigo lo viera le revolveria el pelo, como siempre, y eso también le gustaba.

Salió de su casa con su mochila y se pusó su campera, le quedaban muy pocas, su castaño tenía todas. Hablando de él, tocó la puerta de su casa, y poco despues ya estaban caminando hacia el colegio.

— ¿Cómo dormiste?

Le preguntó Rodrigo, e Iván tragó seco, sin saber cómo decirle que soñó con él.

— Mal, sin vos, pero bueh.

Rodrigo soltó una risita, y le revolvió el pelo, esta vez Iván sonrió.

— Es que vos no me has invitado a dormir, es tu culpa, boludito.

El pelinegro quería invitarlo, pero, ¿Y si tenía esos sueños denuevo? No quería que Rodrigo se enterara, aún así, asintió.

— Bueh, exagerado, si tanto queres dormir conmigo venís y listo, yo feliz durmiendo con vos.

— Hoy dormimos juntos entonce'

Persiana Americana ! RodriVan (CANCELADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora