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III

La mañana de ese día era insoportable, el calor era demasiado.

Las clases empezaban en la universidad, este debería ser nuestro ultimo año, solo era el mío. Este era mi último año en la universidad como estudiante de psicología.

La maestra Janis nos recibía como su primera clase del día.

Daba su clase como normalmente lo hacía, con sus proyecciones y actividades, con una sonrisa alegre y cariño.

A sus preguntas puedo ser el único que las responda, no por tener la respuesta correcta, solo porque me animo a participar.

-¿Puedes dejar de alzar la mano por un minuto?- Me pregunta un compañero a lado mío, Dave, ese chico era un buen amigo suyo, para mí era una buena persona, pero no le hablaba demasiado. No hasta su partida.

-Podria, pero no quiero.- Respondo y él solo ríe.

-Ya te pareces a...- No termina su frase, parece como si a dicho algo malo.

-¿A quién?- Pregunto, aún sabiendo a quien se refiere.

-No, a nadie, no importa.- Le resta importancia, nadie quiere recordármelo por lo mucho que me afecta hablar de ese tema.

-¿A Kurt?

-Si, a él.

Aunque no lo pareciera, Kurt era un chico que participaba mucho en clase, solo si se sabia la respuesta. En clase de la maestra Janis, él era el que más participaba. Amaba esa parte de la psicología que ella nos enseñaba.

-Bueno, puedo parecerme un poco a él ahora. La clase de la maestra Janis es muy interesante.

-Bueno, un poco.

-Él la amaba.

Dave solo asiente, seguimos prestando atención a clase y anotando lo más importante de esta.

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Al final de las cuatro clases primeras, tomó el desayuno del comedor, mientras camino a la mesa donde estan mis amigos. Entre ellos nunca estuvo él, siempre que comíamos juntos era en algún otro lugar, como el patio escolar.

Entre mis amigos, está Izzy, un chico muy serio, pero siempre se daba cuenta de lo que pasaba a su alrededor, da muy buenos consejos. Él era mi mejor amigo.

Apenas dejo la charola en la mesa cuando siento como Izzy toma mi brazo para guiarme a otro lugar. Llegamos al patio escolar.

-¿Pasa algo?- Pregunto por su repentina acción.

-¿Estás bien? En todo el verano solo nos vimos una vez y fue en el...- Interrumpo antes de que termine su frase que sé me dolerá demasiado.

-Si, estoy bien.- Miento. Sin embargo, él me conoce lo suficiente para saber que no le estoy diciendo la verdad.

-No lo estás, dime ¿sigues sin superar su muerte?

-Izzy, no están fácil, él era muy importante para mí.- Me siento en el pasto con la mirada gacha, Izzy repite mi acción.- Me hace falta, es difícil estar aquí sin escuchar su voz o como respondía a cada pregunta de la maestra Janis. Se siente tan raro, tan diferente, no es igual.

Él me abraza al ver como unas cuantas lágrimas traicioneras corren por mis mejillas.

-Tú y él eran como almas gemelas, no eran exactamente pareja, pero estaban para el otro cuando lo necesitaban, se conocían perfectamente y estaban felices por los logros del otro.

-Él era mi complemento, no puedo pensar que él ya no está aquí, que en las mañanas al entrar a la primera clase no estará apartando un lugar para mí a su lado o que no nos escaparemos en las noches solo para ver las estrellas.

Izzy sólo puede abrazarme e intentar tranquilizarme, aunque es difícil porque cada lugar o cualquier mínima cosa puede recordarme a él.

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La tarde es muy aburrida, mis hermanos no están en casa y mis padres arreglando el trámite de divorcio.

Ni siquiera se que hago aquí si hace unos meses he dejado de vivir aquí. Aún así, decido recorrer cada lugar de la casa, no encuentro nada nuevo. En mi antigua habitación aun están los pósters de las bandas de rock que sigo amando, nada a cambiado.

Lo ultimo que reviso son los cajones de las mesitas de noche, entre tantas cosas encuentro un par de estampillas, dos boletos de cine y unas cuantas cartas de baraja.

Tomo los boletos, eran para una película de Marvel, no recuerdo haberla visto, pero se que la fui a ver con él.

Dejo todo en su lugar para volver a mi departamento.

Suspiro, porque ese lugar tambien me recuerda a él.