OPPOSITES © - (Clarisse La Rue)

𝟭𝟬. 𝙑𝙚𝙧𝙖𝙣𝙤

Los días pasaban y los tormentos de Clarisse empeoraban, no se tomaba ni un respiro para dejar de molestarme. Y hoy, el anterior día del último día que me quedaría en el campamento antes del verano, no sería la excepción. Mi relación con ella había cambiado, y mucho, y también creo que permanentemente, ya que sería imposible arreglar las cosas con ella faltando un día para que me vaya.

También tuve la oportunidad de encontrarme a Annabeth durante estos días, y fue difícil verla. Obviamente, su mejor amigo, que era como su hermano, la había traicionado: Y no solo a ella, a todos en el campamento. Percy también se veía internamente devastado.

Estaba buscando a Oliver como de costumbre, ya que lo más probable es que lo vería durante el verano pero no tan seguido como este último mes, y, la idea de hacer amigos desde cero en lo inmenso de Nueva York no entraba en mi cabeza. Pasé por enfrente de la cabaña de Ares, no por ninguna razón es especial (Tal vez si) Pero para mi mala suerte, Clarisse se encontraba en la puerta de su cabaña reposando en la pared junto a un par de sus hermanas, las que generalmente la acompañaban para meterse en cualquier quilombo.

Pase de largo apresurando el paso, pero con la vista de halcón que la hija de Ares tiene, especialmente para mí, no se iba a permitir dejarme pasar esta. Al menos está vez se acerco ella sola.

—¿A donde vas? —Me preguntó, sin siquiera saludarme y al menos no empujandome como otras veces, pero se interpusó en mi camino y me miró de arriba a abajo, sin que sus ojos pierdan ni un centímetro de mi.

—Estoy buscando a Oliver.

—¿Quién? ¿El sátiro que parece gay con el que siempre te juntas?

—Si, ese mismo.

—Puaj, siempre pensé que el era un ridículo. —Se burló de mi mejor amigo, en mi cara. Frunci el ceño.

—¿Qué queres? Me estás haciendo perder el tiempo.

—Te acompaño a buscarlo entonces. —Se ofreció, o más bien: Me avisó que iba a "buscarlo" conmigo. Sabía que no me podia negar por lo que ambas empezamos a caminar en silencios, de a ratos yo me llebava un par de empujones de su parte.

La miré de reojo, y noté que en su muñeca traía una colita de pelo, pero era imposible que fuera suya: Era rosa. Un color que Clarisse no usaria ni que la torturaran. Frunci el ceño una vez más, curiosa, y ella lo notó.

—Es tuya, se te había caído y la tomé. —Explicó sarcástica, cruzando sus brazos. No voy a admitirlo pero prefería que fuera mía a que fuera de otra persona.

—¿Ahora robas? —La burle mientras continuamos caminando, aunque ella me daba leves empujones, supongo que como objetivo que me caiga.

Cruzé miradas con Oliver a través del comedor y fui corriendo directo a el, feliz de verlo. Clarisse aun caminaba detrás de mi. No entendía porque ella estaba "enojada" Pero aún me seguía a todos lados como perro. Aunque solo era así de cuando sus hermanos no estaban. Porque si estaban presentes, ya empezaba con los empujones.

—Oliver, al fin te encuentro.

—Veo que tienes compañía. —Señaló el sátiro, dedicándole una mirada visiblemente curiosa a Clarisse, la cual tenía una expresión molesta de todos los días. Suspiré.

—Ah, si. Fue en contra de mi voluntad. —Le murmuré a Oliver, poniendo los ojos en blanco.

—Eso no dijiste anoche. —Bromeó Clarisse con doble sentido, lo que hizo reír a mi mejor amigo. Traidor. Lo miré mal y ambos se hecharon miradas como si hubieran ganado algo por haberme molestado.

—Que graciosos. Amanecierno payasos se ve. —Suspiré. Oliver Intervinó. —De todas formas, hoy en la noche habrá una fogata por ser el ante último día antes de que empiece el verano. Dime que vendrás.