Capitulo I: El espejo.

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Era un día tranquilo en el pueblo, mis padres tenían una panadería y estaba ayudando a mi madre. Llevaba puesto un vestido morado, mi color favorito.

-Aquí tiene-le dije a un cliente entregándole un pan

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-Aquí tiene-le dije a un cliente entregándole un pan.

-Gracias por la ayuda Nieves, ¿Podrías poner estos panes en el mostrador?-me pregunto entregándome unos panes.

-Por supuesto-le dije tomando los panes y colocándolos en el mostrador.

-Creo que ya es hora de irme-le dije a mi madre mirando el reloj, eran casi las 5.

-Está bien, adiós- me dijo mi madre con dulzura. Me quite el delantal y salí de la panadería.

Iba caminando por las calles del pueblo, vivíamos en Inglaterra. Poco después me encontré con uno de mis amigos Scott.

-¡Nieves! ¡Nieves!-me decía emocionado y note que sostenía un papel en su mano.

-¿Qué pasa Scott?-le pregunte con curiosidad.

-Van a haber audiciones de ballet en el teatro-me dijo mostrándome el papel que tenía en su mano.

-Ah-exclame y tome el papel. Era un anuncio que hablaba sobre las audiciones de ballet en el teatro.

-Pero son hasta hoy-me queje- y tengo que volver a casa-le dije.

-Pero son hasta las siete, tienes tiempo de ir y hacer la audición-me dijo.

-Bueno está bien, gracias Scott-le dije y me fui directo al teatro. Una de mis grandes pasiones era el ballet, al llegar había una gran fila para entrar al teatro.

-Oh no, es muy larga-me dije quejándome.

Salió una mujer por la puerta y dijo: ¡Los que faltan por la audición por favor entrar! Poco después varias chicas entraron al teatro y sus padres se despidieron de ellas deseándoles suerte, corrí detrás de ellas y entré.

Entramos al teatro y era precioso, sólo había estado ahí una sola vez, el día en el que me enamore del ballet. Mi padre me había llevado para ver una presentación, yo estaba muy emocionada y muy feliz, luego de ese día mi vida cambio por completo.

-Por favor escribir sus nombres en esta lista-nos dijo la señora, me senté en los asientos y escribí mi nombre en la lista.

Poco a poco cada chica subió al escenario y eran espectaculares, me hacían sentir muy insegura, eran muy buenas y no sabía si estaba a su nivel.

-Nieves-grito la señora.

-Soy yo-le dije.

-Sube aquí por favor-me dijo y eso hice, subí al escenario. Me sentía muy nerviosa, habían muchas chicas observándome y eran muy talentosas.

-Puedes comenzar-me dijo.

Comencé a bailar, hice varias piruetas y varios saltos pero al último salto caí al suelo.

-Ah-exclamaron las chicas. Me sentía muy avergonzada, estaba en el suelo y escuchaba como las chicas murmuraban cosas entre ellas. Me levanté y dije:

-Lo siento yo...-le dije a la señora.

-Está bien, cariño ya vi suficiente, puedes irte, mañana anunciaremos quienes quedaron para la próxima presentación, gracias-me dijo con mucha amabilidad.

-Está bien, gracias a usted-le dije, bajé del escenario y me fui del teatro.

Ya casi anochecía e iba caminando por las calles con lágrimas en los ojos, me sentía muy mal tal vez había perdido mi única oportunidad de bailar en el teatro y la había arruinado.

Llegue a casa y mi hermana estaba en la sala, estaba sentada de espaldas y sólo se veía su enorme cabellera roja.

-Hola Claudia-le dije. Volteo hacia mí y se levantó.

-Y ¿Cómo te fue? ¿Quedaste para la presentación?-me pregunto respecto a lo del teatro.

-¿Cómo sabias que...?-le pregunte pero no me dejo terminar.

-Están por todo el pueblo-me dijo mostrándome uno de los folletos que anunciaban las audiciones.

-La verdad creo que no, me caí-le dije con lágrimas en los ojos.

-Ah-exclamo- Tranquila ya habrán otras oportunidades-me dijo con un abrazo.

-Gracias-le dije.

-Ven vamos a cenar, prepare pollo con papas, mamá y papá no tardan en llegar-me dijo y nos fuimos al comedor.

-Aquí tienes-me dijo entregándome un plato con comida.

-Gracias-le dije tomando el plato.

-¿Chicas? ¡Ya llegamos!-dijo mi madre entrando por la puerta.

-Hola, estamos en la cocina-grito Claudia y nuestros padres no tardaron en entrar.

-Veo que hicieron la cena-nos dijo mi madre.

-Sí, hice pollo con papas-dijo Claudia sirviendo comida en un plato.

-Delicioso, bueno cenemos-dijo sentándose en la mesa junto con mi padre.

-Y ¿Cómo les fue en la panaderia?-les pregunte.

-Muy bien, vendimos mucho hoy, gracias por la ayuda cariño-me dijo mi madre.

-¿Hay algo de o que quieran hablarnos?-me pregunto nuestro padre notando que Claudia y yo nos veíamos constantemente algo nerviosas.

-Nieves audicionó para la presentación de ballet en el teatro-dijo Claudia.

-¿En serio? Y ¿Cómo te fue?-me pregunto mi madre.

-No muy bien, al hacer mi último salto, caí al suelo-les dije con tristeza.

-Ah-exclamo-Y ¿Te encuentras bien? ¿Te lastimaste?-me pregunto.

-No, sólo que creo que perdí mi única oportunidad de presentarme en el teatro-le dije.

-Bueno ya habrán próximas-me dijo colocando su mano en mi hombro.

-Gracias mamá, bueno ya me voy a dormir-le dije levantándome de la mesa.

-Espera, antes de irte ¿Podrías colocar esas cajas en el sótano de la casa, por favor?-me pregunto.

-¡Claro!-le dije, tome las cajas y las lleve al sótano.

-Este lugar está muy sucio-me dije y coloque las cajas a un costado. Estaba a punto de irme cuando note algo que llamo mi atención, había algo escondido debajo de una sabana al costado del sótano.

-Que raro-me dije y me acerque lentamente al objeto, levante la sabana y me encontré con un gran espejo, tenia borde de oro y era precioso.

-Wow-me dije sorprendida.

-¿Qué hace esto aquí?-me pregunte, acerque mí dedo al espejo y al tocarlo me succiono y desaparecí a través de él.

Nieves y el espejo encantadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora