9-La fosa

954 113 29
                                    


Pasaron dos días, desde que Roman se fue y me dejó solo, casi no he comido, no puedo conciliar el sueño, cada vez que lo intento vuelvo a tener pesadillas, dónde muero una y otra vez solo, sin que nadie esté a mi lado en mi último aliento, siempre me levanto sudando con las sábanas enredadas al cuerpo, mi pecho oprimido, trato de tomar aire pero no puedo, me asfixio, la desesperación se apodera de mi cuerpo, siento que muero, hasta que tomo las sábanas dónde el durmió y aspiro su olor.

Tabaco y Ron

Mi cuerpo se relaja y me aferro a ellas como si mi vida dependiera de ello, solo así puedo volver a respirar, con cada minuto que pasaba necesitaba mas, su olor me intoxicaba, era un dulce veneno que no podia evitar tomar.
Con cada respiración, quería más y más.

Tome las sábanas llenas de su olor, me envolví en ellas tapando todo mi cuerpo, me recosté en la cama era suave, y caliente, si cerraba los ojos, casi podia sentir como si él estuviera aquí abrazandome, rondeandome de su olor, me sentía seguro, se sentía bien, pero el olor a cada segundo que pasaba que hacía más tenue hasta prácticamente desaparecer.

No podía seguir así, no podía estar aferrado a una persona que no hacía más que hacerme daño, no me iba a quedar en esta cama auto compadesiendome, necesitaba despejar mi mente, desintoxicar mi corazón de él, nunca había necesitado a nadie y ahora no sería el momento.

quite la sábana que me rodeaba y la tire a un lado, fui a mi pequeño closet, tome un conjunto deportivo negro, sabia exactamente a dónde ir, tome las llaves, mi identificación y una chamarra, afuera estaba nevando, cerré la puerta con llave, baje las escaleras del edificio hasta llegar a la calle, estaba obscura y llena de nive, metí mis manos en mis bolsillos, mire a todos lados, camine sumergido en mis pensamientos

Esto era lo correcto? yo quería dejar está parte de mi vida atras, solo lo hacía por el dinero que me dejaba,
Eso era verdad?
Aveces pensaba que yo lo disfrutaba, por eso volvía una y otra vez, no solo por llenar el vacío que me aquejaba, si no por mero placer, hace dos años que no venía a este lugar, no planeaba volver pero lo necesitaba ahora, cambiaria una adicción por otra, siempre supe que algo andaba mal conmigo, sentía que no encajaba en ningún lugar a donde fuera por eso me aisle de todo y de todos, las personas que se quedan a mi lado, son perseguidas por mis demonios hasta morir, las personas como yo terminan en lugares horribles como al que me dirigia.

sin prestar atención llegué a la parte más peligrosa de la ciudad, las calles estaban sucias llenas de basura, Geringas y condones a dónde sea que miraras.

Había gente drogada inconsiente en el suelo, al rededor de fogatas echas de basura, puse mi mano sobre mi nariz, apestaba a orines y basura podrida, a travese a todas esas personas hasta llegar a mi destino, un local con un gran guardia de seguridad protegiendo la entrada, arriba había un letrero con luces LED

Boo,&Goos

Me hacerque a la entrada, pero el guardia de detuvo,

-Si no tienes boletos, no pasas niño, ahora vuelve por dónde viniste- lo mire a la cara, era muy feo su rostro estaba deformado, por sicatrices, alce una ceja
-Soy uno de los peleadores- su carcajada casi pudo escucharse del otro lado de la ciudad,
-Tu? un luchador, no podrías derrotar ni a una mosca aún que lo inentaras, mírate eres un saco de huesos, ahí adentro es una carnicería, son animales, te harían pedazos en cuestión de segundos-
me empujó del hombro para que me fuera, no me moví
-si quieres entrar los boletos cuestan trescientos dólares, pero podemos arreglarlo de otra forma, - empezó a caminar hasta estar enfrente de mi, no me moví, lo mire a los ojos y sonreí, lo iba a hacer mierda, pero alguien apareció detrás de el,

Jacob, era una manager que se encargaba de arreglar las peleas, cada vez que lo veía me daba asco, sabia que se aprovechaba de las omegas ebrias del club incluso llegaba a ponerles drogas en sus bebidas, era un hombre grasiento, apenas y podía abrocharse la camisa de lo cerdo que estaba, lo conoci cuando estaba en el reformatorio, fue mi patrocinador en las peleas.

Con Sangre Donde viven las historias. Descúbrelo ahora