I'm so afraid I sealed my fate
No sign of soulmates
I'm just a paperweight
In shades of greige
Spending my last coin so someone will tell me
It'll be okPaula
—¿Entonces Lucas cómo vamos con el dolor? —pregunté atenta hacia el menor quien bufó aburrido ante mi pregunta después de llevar dos semanas con el tobillo vendado por su accidente con la patineta—, veo que no muy bien —tiré divertida al ver su reacción desganada hacia mis preguntas a lo que Laura rio ladeando la cabeza.
—No le duele, pero está harto porque no ha podido ir a natación —sentenció a lo que asentí con un puchero ya que entendía lo incómodo que debía ser limitar sus actividades por la escayola, así que me acerqué a la fractura en su tobillo izquierdo para confirmar que no hubiese dolor.
—Bien Lucas voy a moverlo un poco y me dices si duele o no, ¿vale? —inquirí a lo que el castaño asintió sin más ya que al parecer hoy no estaba muy conversador como solía estar en consulta, por lo que proseguí con mi trabajo en donde moví ligeramente su pie y obtuve como respuesta un pequeño quejido de dolor que hizo que me detuviera—, ¿duele mucho? —dije a lo que Lucas negó—, ¿seguro? —volví a preguntar notando cómo el menor no estaba cooperando porque era más que clara su expresión de dolor, pero al parecer no quería aceptarlo en alto.
—Amor, sabes que no te van a quitar la escayola si no cooperas —intervino la morena comprendiendo que Lucas solo deseaba que le quitaran ya la escayola, a lo que su hijo resopló—, está bien si te duele, no pasa nada, solo necesitamos saber, amor —le susurró cariñosamente antes de acariciar su hombro.
—Mira Lucas sé que es molesto y solo quieres que esto termine, pero no puedo quitártela si no estoy segura de que ha sanado del todo porque si no es así tendríamos que volver a ponerte otra y no queremos eso, ¿cierto? —solté a lo que el castaño negó aterrado ante la idea de que el tiempo con la escayola se dilatara más de lo esperado, por lo que le sonreí para tranquilizarlo y retomé la pregunta—, entonces, ¿duele?.
Lucas asintió.
—Un poco pero no tanto, solo es molesto —afirmó a lo que su madre sonrió antes de besar tiernamente su cabello—, eso no significa que está tardando en sanar, ¿cierto? —preguntó preocupado a lo que negué.
—Pues la vez que viniste a urgencias vi la imagen de tu tobillo y la verdad es que tienes una fractura muy pero muy pequeñitaaaa —le expliqué dibujando con mis dedos lo pequeña que era su fractura para tranquilizarlo—, así que probablemente necesite unas dos semanas más para sanar —le aseguré y aunque claramente no fue la respuesta que él esperaba por el bufido que lanzó, al menos se relajó un poco más en el resto de la consulta y me dejó revisarlo sin problemas—, bien, Lucas por hoy estamos yo creo que en dos semanas todo irá muchísimo mejor, de todas formas te voy a pedir una placa unos días antes de la próxima cita para ver cómo va —concreté mientras el menor se recostaba tranquilo en el hombro de su madre mientras ella acariciaba su cabello sin dejar de mirarme atenta para seguir mis instrucciones—, ¿estás yendo a clases?.
—Sí va con las muletas porque no quería quedarse en casa —aseveró Laura a lo que sonreí porque me lo imaginaba, ya que Lucas no parecía el tipo de niño al que le gustase quedarse en casa todo el día—, Carla quería que al menos faltara esa semana, aprovechando que ambas aún estábamos de vacaciones, pero Lucas se negó rotundamente porque a alguien al parecer no le gusta estar en casa con nosotras —afirmó a lo que asentí arrugando la nariz ante la ternura que evocaban ambos.
—Es que es aburrido quedarse en casa, mami —objetó a lo que reí dándole la razón ya que a su edad también odiaba faltar al cole en especial porque significaba quedarme sola en casa.
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¿Dónde van las hojas secas que el invierno nos dejó?
RomancePaula Faurré y Marta Flores no podían ser más distintas entre sí por lo que lo más esperable en sus vidas era que jamás llegaran a siquiera coincidir en el mismo espacio-tiempo. Sin embargo, en contra de todo pronóstico, sucedió. No una ni dos sino...