Voidside, lado norte del muro.
Damien.
Toda mi vida he creído firmemente en una verdad absoluta: sin temor, no hay respeto. El verdadero poder radica en dominar a otros, en manipular sus mentes hasta que te perciban como una figura inalcanzable, un ser superior. Infundir miedo y respeto ha sido mi mantra, y gracias a ello he forjado una reputación temida en Voidside. Nadie se atreve a cruzarse en mi camino, nadie osa alzarme la voz, y mucho menos, insultarme.Aquí, en Voidside, el respeto es vital para sobrevivir, y nadie lo entiende mejor que yo. Por eso, las personas se apartan a medida que avanzo por el interminable pasillo del IronRing. Los gritos de la multitud desenfrenada y la música electrónica se mezclan en una sinfonía que se vuelve ensordecedora cuando entro en la arena. Dos robots se enfrentan violentamente, y reconozco de inmediato a uno de ellos: Talon, perteneciente a la persona que busco. Talon asesta un golpe brutal, y la multitud estalla en un clamor ensordecedor .
IronRing es el ring de pelea clandestino más grande de Voidside, el principal centro de apuestas y competencia. Aquí, la gente trae a sus robots para enfrentarlos por dinero o intercambios. Muchos vienen con la esperanza de ganar una fortuna, pero la mayoría pierde, este negocio es algo que conozco bien, ya que IronRing pertenece a mi padre. Las personas que asisten son, en su mayoría, delincuentes y borrachos, como casi toda la gente en Voidside.
Avanzo ignorando los gritos que amenazan con volverme sordo. A lo lejos, diviso a un grupo familiar. El cabello naranja de Zane resalta entre la multitud; está en la barra de bebidas y me hace una seña para que me acerque. Empiezo a caminar hacia ellos. Junto a él está su hermana mayor, Vesper, que igualmente resalta por el naranja de su cabeza, es una de las mejores mecánicas de Voidside. Jaxon también está con ellos, ocupado coqueteando con algunas chicas.
—¡Damien! ¡Qué bueno que llegas, hermano! ¡La fiesta se está poniendo buena! —vocifera Zane, pasando su brazo por mis hombros y alzando una botella de cerveza.
Ignoro su efusividad y me alejo de él, avanzando hasta la barra donde está Vesper.
—¿Quién va ganando? —pregunto, tomando asiento a su lado.
—Talon, pero no creo que resista mucho. Parece que su tubo de ventilación se averió —contesta con calma mientras observa a Talon en la arena.
Vesper es cinco años mayor que Zane y yo. Es una experta en mecánica y una gran consejera cuando se lo propone. La conozco desde niño y siempre he pensado que es alguien en quien podría confiar si necesitara un favor o estuviera en un apuro. Se gira para observarme mientras le da un sorbo a su cerveza.
—¿Qué tal van las cosas? —pregunta con desdén.
Me encojo de hombros sin darle importancia. Vesper conoce mi vida al detalle; es como una especie de hermana mayor. Ella sabe qué aspectos de mi vida están mal y a veces me ayuda a solucionarlos.
—Creo que estoy a punto de hacer una locura —contesto con sinceridad.
Ella me observa curiosa.
—¿Qué clase de locura?
—Créeme, si te lo dijera pensarías que he perdido la cabeza.
Zane regresa, esta vez con Jaxon, quien se acerca a saludarme.
—¡Ey, hermano! —chocamos las manos—. ¿Ya me puedes explicar por qué no me dejaste darle una lección a la zorra de Lexaris?
Lo miré directamente a los ojos, cuestionando su osadía por desafiarme.
—No te debo explicaciones de nada —conteste fríamente— Solo te di una orden; tu trabajo es seguirla, no cuestionarla.
Jaxon me mira, arrepentido por lo que dijo, e intenta aligerar la situación, pero no parece saber cómo. Entonces Zane interviene.
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VORTEX:Juegos Mortales ©
Teen FictionLexaris Blaze nació y creció en el distrito más desfavorecido de Nèxar, Voidside. Donde las oportunidades son escasas y sobrevivir es un arte cruel, Pero cuando la oportunidad se presenta en forma de la cuadragésima séptima edición del Vortex, un j...