Cap 4: Amenaza

20 10 1
                                    

Voidside, lado norte del muro.

Lexaris


Damien Walker, aquí, a punto de subir al Cyberbus para la Clasificación. Me estremecí al escuchar su amenaza, mis nervios disparados. No podía creerlo; su apariencia de buen chico, con su semblante serio y atractivo, ocultaba una realidad mucho más oscura. ¿Cómo podía alguien como él estar a punto de participar en este juego mortal? Junto a él estaba otro chico, alguien que recordaba vagamente de las calles de Voidside, quizá de la misma escuela, aunque nunca habíamos hablado. Su cabello era castaño oscuro y  caía desordenado sobre su frente, sus ojos ligeramente almendrados, de color marrones oscuros. Su mirada es cansada y  tiene una expresión facial relajada y seria.

El significado de su presencia me cayó de golpe. Estaba aterrada. Damien me odiaba, y este juego sin reglas morales ni legales era la oportunidad perfecta para que él desatara ese odio. Su amenaza resonaba en mi cabeza mientras los demás abordaban el Cyberbus. Dani me tomó del brazo y me apartó a un lado.

—¿Te sientes bien, Campanita? Te pusiste pálida — Me examino con preocupación.

—No, no estoy bien —repliqué, apartándome un poco—. Damien acaba de amenazarme, ¿quién se cree que es? ¡Cómo se atreve a decirme eso! Mejor que él se cuide de mí. Tal vez sea yo quien se desquite por todos estos años de tortura de su parte.

—Campanita, no digas tonterías —rió Dani—. Viniste conmigo para ser mi amuleto de la suerte, no para matar a nadie.

Recordé la noche en que decidí participar en el Vortex. Dani había hecho todo lo posible por disuadirme, llamándome loca y demente, pero yo me mantuve firme. Le prometí que estaríamos en el mismo equipo, que regresaríamos a Voidside con la victoria. No podía dejar a mi familia ni a mis amigos solos, especialmente a mi hermano. La idea de fallar y verlo sufrir mientras esperaba su muerte era inaceptable. Iba a enfrentarme a esto y dar lo mejor de mí para asegurar un futuro mejor para todos ellos, especialmente para mi hermano. Dani y yo habíamos estado juntos toda nuestra vida; no lo abandonaría ahora, ni siquiera ante el peligro de muerte.

—Dani, en algún momento tendré que defenderme por mi cuenta. No estarás siempre sobre mí —le recordé, viendo la preocupación en su rostro.

—No importa lo que tenga que hacer, Campanita. Siempre estaré a tu lado para defenderte —Aseguró, besando mi frente— Pero debes cuidarte la espalda. Damien es peligroso, y en cualquier descuido en la Clasificación podría intentar matarte. Y no será el único que lo haga.

Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Dani tenía razón. Si Damien no lo hacía, otros competidores lo intentarían. La Clasificación, conocida por ser la prueba más sangrienta del Vortex, enfrentaba a 500 participantes de cada uno de los 13 distritos, en total 6.500 candidatos, en una arena donde solo unos pocos sobrevivirán.Tendríamos que pelear a muerte para estar entre los seleccionados que el Vortex requería este año. La perspectiva de lo que se avecinaba me revolvía el estómago, pero sabía que no podía retroceder. Estaba decidida a seguir adelante, sin importar el miedo.

—De verdad empiezo a arrepentirme de haberte dejado venir aquí. Si solo...

Lo detuve antes de que continuara; sabía a dónde se dirigía y no iba a permitirlo.

—Dani, fue mi decisión venir. Nadie me obligó. No te preocupes por mí, soy consciente de los peligros y los enfrentaré. No me hagas sentir que no puedo defenderme dentro del Vortex —le reproché, queriendo demostrar que, aunque nunca había enfrentado algo tan extremo, crecer en Voidside había templado mi espíritu. No podía ser tan diferente a estar en el Vortex.

VORTEX:Juegos Mortales ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora