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La vida se ponía difícil, difícil para Eunha, para Yerin y para Sowon, estaban cansadas y sus vidas pendían de un hilo de tristeza y esperanza.

Por momentos las convulsiones colmaban y los dolores aumentaban pero era un solo momento y después todo volvía a "la normalidad".

Pero ese momento, ese maldito momento hacía que Jung Eunha pensara nuevamente que en cualquier momento podía perder a su pequeña hija, a su pequeña luz de esperanza en un mundo tan triste como el suyo.

Los pensamientos pasaban por su mente como si fuera una tormenta en medio de un paraíso, un paraíso creado por su subconsciente aún con esperanza por un nuevo día donde su hija se haya curado de algo incurable.

La tormenta se detuvo en el momento en que Sowon colocó sus grandes manos sobre sus hombros y nombró su nombre.

Esa mujer la calmaba y estaba en la gloria en tiempos de tormenta. Pero esa mujer también estaba asustada por todo.

Las elecciones estaban a un paso y su final también, tenía mil tentativas de homicidio por minuto y Yerin era su felicidad junto a Eunha, no quería asustarlas, no quería asustarse.

Pero lo estaba.

—¿Qué tal si nos casamos? —dijo en la cena y la niña sonrió de felicidad, su sueño de cuentos de hadas estaba cumplido pero no era como esperaba, ella pensaba que las propuestas eran con una canción de fondo hablando sobre ellas y una gran cantidad de gente bailando a la par, estaba decepcionada pero feliz.

—¿Cómo dices? Es muy rápido Sowonnie —escuchó las palabras de su madre pero en un abrir y cerrar de ojos la señorita gobernadora había tomado la mano de su madre y sonrió como un lindo gatito.

Mientras la niña estaba entretenida en su mundo no escuchó lo que decía su madre pero todo concluyó con un beso como en las películas de amor, su mamá era la protagonista de esa película y estaba orgullosa de eso.

—¡Hagámoslo! —salió de la boca de su madre y tanto ella como la señorita gobernadora abrazaron a la pequeña, la tormenta estaba activa pero se mantenían juntas en la lucha, una lucha que debía tener un final feliz.






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Mami... ¡Quiero una mamá! │WonhaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora